Una gesta de 254 kilómetros en Jaén

Sí se puede, siempre se puede”. Ese es el lema del deportista Juan Vicente Ortiz, de la sección de triatlón del CN Jaén, que demostró, una vez más, que la solidaridad es capaz de romper barreras, ya sean tanto desde una perspectiva deportiva como personal. Y es que Ortiz consiguió superarse a sí mismo en una prueba que se bautizó como “IronJuan” y que estuvo formada por 4.000 metros a nado en la piscina de La Salobreja; 200 kilómetros de ciclismo en la antigua carretera de Granada, y 50 a pie, divididos en dos tramos: uno de 35 en el mismo escenario que el ciclismo y los últimos 15 en la pista de atletismo Ángel Cortés de La Salobreja. Un reto personal que él mismo se impuso y cuyo trazado supera, casi 26 kilómetros más de distancia, a lo que es un Ironman.

Con esfuerzo, pero con muchísima ilusión, el triatleta consiguió completar la prueba, para la que llevaba preparándose con su entrenador Javier del Arco desde hace siete meses, en 15 horas y 32 minutos. Un gesta que define como “la hazaña de su vida”, aunque, para él, lo importante no era el aspecto deportivo, sino el “factor humano”. Durante las diferentes pruebas que realizó, ya fuese en la piscina, corriendo o en bicicleta, Ortiz estuvo acompañado en todo momento por amigos y vecinos de Jaén, e incluso de otras provincias, que quisieron demostrarle su apoyo, animarle y ayudarle cuando necesitaba agua, avituallamiento o en sus momentos de debilidad. Una prueba donde el atleta quiso poner en alza la solidaridad, ya que su principal objetivo era recaudar dinero (ha conseguido en torno a 4.000 euros) para Cáritas y la Asociación Española contra el Cáncer. Reto conseguido, aunque entre sus objetivos, como bien destaca el deportista, también estaba el de demostrar que de una idea tan sencilla, podía salir algo tan grande.