Un campeón del trial y de la música

Cuando pilota una moto de trial transmite una seguridad que le ha permitido ganar con solvencia el Campeonato de Andalucía en la categoría cadete, pero lo mismo hace cuando toca la Tuba en el Conservatorio de Música de Linares. Sergio López Carruana, nacido en Jabalquinto el 31 de diciembre de 2002, sigue los pasos de los dos grandes especialistas jiennenses: Ángel Bueno y José María Moral. Es pura magia en la Beta Evo cuando se ejercita entre una y dos veces por semana en las Piedras de Tobaruela, una zona linarense a la que acude en compañía de su padre, Antonio López, al que ha contagiado la pasión por el trial, y de la familia Rull, formada por Manuel, el progenitor, y sus hijos Manolo y Cinthia, que también compiten en el Andaluz con unos resultados excelentes. Esa regularidad y confianza la ofrece en las carreras. Con siete victorias y un segundo puesto subió a lo más alto del podio del Campeonato de Andalucía. Apenas tuvo oposición, por lo que al final del pasado año se planteó una pregunta. ¿Merece la pena en 2016 seguir en la misma categoría o mejor dar el salto con pilotos de mayor edad? López lo tuvo claro: subir de nivel para no “quedarme estancado”, porque su meta es progresar. “Viví una etapa maravillosa con los cadetes y gané el Andaluz, pero ahora es el momento de plantearme otros retos”, revela. En un deporte en el que no proliferan las ayudas económicas de instituciones y del sector privado, las familias son determinantes a la hora de aportar el dinero para participar en el Campeonato de Andalucía. Su padre calcula que los gastos de la pasada temporada ascendieron a unos 7.000 euros, cantidad en la que se refleja la adquisición de una moto por valor de 3.800 euros para afrontar la competición. “Se la tuve que comprar de segunda mano. Una nueva estaba tasada en más de 7.000 euros y no recibimos ayuda de nadie”, revela su padre, quien también elogia las notas en Segundo de ESO y su progresión con la tuba. Está en Primero de Profesional, curso al que accedió con la tercera mejor nota y por delante de personas que le doblaban la edad.

Con el instrumento musical se desenvuelve a las mil maravillas. Ahí no tiene que salvar los obstáculos que se le presentan encima de su moto, sino aprender letras que son fuente de cultura. Es Sergio López en estado puro, un niño que es una promesa del trial y un especialista que apunta alto en la tuba.