Obligación ante la desesperación

    29 abr 2016 / 11:20 H.

    Un Linares Deportivo en serios problemas se enfrenta mañana a un UCAM Murcia que no ha aprovechado los dos pinchazos consecutivos del líder para adelantarle. Momento peligroso para enfrentarse a los universitarios, si bien a los de Salmerón se le están atragantando los equipos de la zona baja. Y ello tiene una explicación. Para entender su fútbol, se ha de comenzar valorando su sobresaliente rendimiento defensivo, base sobre la cual se ha edificado su proyecto —solo dieciséis goles en contra—. Aun así no se le puede definir como un equipo defensivo. El conjunto murciano rinde mejor cuando puede transitar con velocidad y pocos toques, especialmente por la derecha. Ahí, las combinaciones de César Remón con Josan o Rubio —falso extremo— dejan la banda para las subidas de Tekio y se abastecen de los desmarques de ruptura de Aguilar. Volcando así el juego al lado derecho permiten que por el otro flanco tanto Nono Plata como Góngora dispongan de espacio para aprovechar sus cualidades diferenciales: el desborde del primero y el potente golpeo de balón del segundo. Cuando el contexto de partido no permite al UCAM buscar ese fútbol vertical o uno más directo con Pallarés, el equipo de Salmerón sufre. Y aquí radica el problema que han encontrado en los dos últimos choques ante San Roque de Lepe y Melilla. Si los murcianos se encuentran en necesidad de atacar a equipos encerrados y que le obliguen a una exhibir su ataque estático, el ritmo de su juego se ralentiza y se puede mostrar previsible —en consecuencia sus escasos 38 goles a favor—. Pero cuando el partido se alarga y se vuelve lento, aparece la trampa en la que suelen caer los rivales. Se exponen a subir líneas en busca del gol y ahí, con espacios para salir, el UCAM les ajusticia. Visto esto, el contexto podría concluir en un Linares distinto en su discurso de juego. Ante el Jumilla intentó mandar, no lo consiguió y lo acabó pagando. En La Condomina quizá cobren protagonismo hombres como Kike Boula, Corpas o Luizinho. La Universidad Católica de Murcia no sufre ante ataques estáticos que le permitan mantenerse ordenado atrás así que los azulillos necesitarán volar rápido en sus salidas, dejando al rival llevar iniciativa, conscientes de que su ritmo excesivamente pausado en ocasiones puede penalizarle. Todo sea por conseguir una victoria absolutamente necesaria ante un equipo más peligroso que nunca. Lo único que está claro es que el Linares debe salir sin complejos e intentar sorprender a su rival con la posesión de la pelota y el pundonor.