Messi le da emoción a la Liga

El jugador argentino renace en el Bernabéu y evita que el Real Madrid sentencie la competición

24 abr 2017 / 11:55 H.

EEl FC Barcelona logró una agónica victoria en el Santiago Bernabéu (2-3), sellada en la prolonfación con un gol de Leo Messi —el 500 de su carrera con la camiseta del Barça—, que le ha permitido encaramarse al liderato de LaLiga Santander y reabrir la batalla por el título frente al Real Madrid, que tiene los mismos puntos y un partido menos. Clásico de los memorables en la capital española. Se adelantó el Real Madrid con un gol de Casemiro y remontó el Barça por medio de Messi y Rakitic. Con uno menos por la expulsión de Sergio Ramos, James empató a falta de cinco minutos y en la última jugada del partido el 10 azulgrana completó su doblete y selló un triunfo que pone la liga más disputada que nunca. Cada entrenador tenía una duda en su alineación y se resolvió del modo esperado. Finalmente entró Bale, aunque apenas duró 40 minutos antes de que su cuerpo, frágil bajo ese armazón de atleta, volviera a resentirse. En los azulgrana fue Alcácer el reemplazo de Neymar, que llegó a viajar a la capital española rezando por un perdón administrativo que nunca llegó.

Tampoco extrañó el guion que se fue desarrollando sobre el césped, con el Real Madrid agazapado, cómodo en su ventaja liguera y en su gusto por el contraataque. Las tres iniciales de la ‘BBC’ dispusieron de sendas oportunidades para marcar, pero no lo lograron, unas veces por su bisoñez y otras por la mano firme de Ter Stegen. Fue Casemiro el protagonista de lo bueno y de lo malo, del gol y de la expulsión perdonada. A la media hora de juego, un córner, fórmula temida por el Barça y adorada por los locales, acabó en el 1-0. Tras el primer balón rechazado, un segundo balón colgado llegó a Sergio Ramos, que pateó en escorzo al palo. Casemiro fue el más pillo y anotó un gol tan poco vistoso como válido. Para entonces ya se había lastimado su némesis, Leo Messi, aunque el codazo que empozó su boca de sangre llevaba la firma de Marcelo. El argentino volvió loco a Casemiro, que le arreó una patada absurda y acreedora de tarjeta (minuto 12) y le zancadilleó para frenar un contraataque justo antes del descanso. Hernández Hernández guardó esta vez las cartulinas en el bolsillo haciendo oídos sordos al ramillete azulgrana que vociferaba en torno a él. Luis Enrique también brincaba en la banda como un niño al que han robado la pelota. La hipotética expulsión hubiera dejado al Madrid medio partido cojo y con severo riesgo, sobre todo porque Messi ya se había encargado de empatar cuatro minutos después del tanto del brasileño. Buena jugada, cosida por Busquets y remachada por Messi, que entró como un galgo al corazón del área para batir a Navas. Así que marcador equilibrado al descanso y arreón blanco tras el paso por vestuarios. Tres ocasiones casi seguidas, una especialmente buena de Benzema, cuyo cabezazo a bocajarro topó con la pierna de Ter Stegen. Respondió el Barcelona con otra buena jugada que dejó solo a Alcácer ante Navas, quien le adivinó la intención. Lo habitual de siempre. El Madrid a machetazos, el Barça con pasos de baile, desatada ya la batalla por la liga, esa que podía ganar el Madrid y que podía no perder el Barça. En esa lucha apareció el argentino para darle emoción a la Liga.