Mejor cosecha tras Barcelona

La delegación española en los Juegos Olímpicos de Río, que concluyó su participación, iguala las diecisiete medallas logradas en la edición anterior, en Londres, aunque ha conseguido siete oros, cuatro más que en aquella ocasión, de nuevo gracias a un gran esprint final. España se plantó en la última semana de los Juegos con cinco medallas, pero logró alcanzar las conquistadas en la capital inglesa hace cuatro años gracias a un empujón final que dio 12 preseas en seis días. Sin embargo, mejoró la calidad de las medallas gracias a los oros de Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Rafa Nadal y Marc López, Marcus Cooper Walz, Saúl Craviotto y Cristian Toro, Carolina Marín y Ruth Beitia.

Entre ellos, Mireia Belmonte y Saúl Craviotto aportaron medallas por partida doble a la delegación. Tanto la nadadora como el piragüista se unen a esa pequeña élite de deportistas españoles con cuatro preseas, a una de David Cal. Los dos catalanes forman, además, parte del privilegiado grupo de cinco participantes en competiciones individuales o por parejas que repitieron presea con respecto a anteriores citas, además de la generación de baloncesto masculino, que cerró su ciclo con un bronce tras dos platas consecutivas.

Belmonte ha unido sus dos medallas de Río a las dos platas de Londres, y Craviotto cuenta ya con cuatro en su palmarés tras el oro en K-2 500 de Pekín y la plata de hace cuatro años en K-1 200. Con respecto a la cita londinense, repiten el taekwondista Joel González, que tras el oro en menos 58 kilos, logró en esta ocasión el bronce en menos 68 kilos, y la piragüista Maialen Chourraut, que mejoró su bronce de Londres proclamándose campeona olímpica en K-1 slalom. Mientras, el tenista Rafa Nadal, oro individual en Pekín, ha vuelto a subirse a lo más alto del podio junto a Marc López en el dobles. Además, con sus oros en estos Juegos, Craviotto y Nadal ingresan en el club de dobles medallistas de oro olímpicos españoles en el que también figuran los regatistas Luis Doreste, Theresa Zabell, el gimnasta Gervasio Deferr y el “pistard” Joan Llaneras.

Una vez más, el piragüismo ha vuelto a dar réditos a la delegación española y se ha convertido en el deporte que más metales aportó, con un total de cuatro —tres de oro y uno de bronce—. La otra gran noticia de Río es el regreso de las medallas al atletismo, con el primer oro para una atleta española para Ruth Beitia en altura y la plata de Orlando Ortega en 100 metros vallas. En los deportes por equipos, el baloncesto salvó el honor con la plata del conjunto femenino, primer metal olímpico de su historia, y el bronce del cuadro masculino, en una competición en la que la mayoría de los conjuntos españoles se despidieron en cuartos de final, con especial mención para los combinados femeninos de waterpolo y balonmano, que no pudieron defender sus medallas.

Con ello, España logró la segunda mejor participación de su historia en cuanto a oros, solo superada por los trece de Barcelona 1992. En cuanto al total de preseas, solo Barcelona (22), Atenas 2004 (20) y Pekín (18) superan a las 17 conseguidas en esta cita, que igualan las de Atlanta 1996 y Londres 2012 —pendiente de las descalificaciones de las rivales de Lidia Valentín que podrían otorgarle el oro—. Río ha supuesto también la consecución de cuatro platas, de la mano de Orlando Ortega (100 metros vallas), Eva Calvo (taekwondo, menos 57 kilos), la selección de baloncesto femenino y del conjunto de gimnasia artística, mientras que los seis bronces los lograron Mireia Belmonte, Lidia Valentín (halterofilia, menos 75 kilos), Joel González (taekwondo, menos 68 kilos), Saúl Craviotto, la selección masculina de baloncesto y Carlos Coloma (mountain bike). En número de diplomas, los deportistas españoles sumaron 37 —seis cuartos puestos—, ocho más que hace cuatro años, lo que sugiere el aumento de la competitividad de los representantes nacionales, que lograron alcanzar más finales en estos Juegos.