Martos regresó con ganas, pero compartió el jarro de agua fría

El media punta del Linares jugó la segunda parte contra el Murcia

25 oct 2016 / 12:31 H.

Una afección en el nervio ciático lo ha tenido apartado del terreno de juego un mes. El pasado domingo volvió a pisar el césped, en casa, en el estadio de Linarejos, frente al Real Murcia, durante la segunda mitad. Su regreso a la acción le una sensación agridulce. Agria por la derrota y dulce por su regreso, aunque su dolencia sigue latente. “Las molestias que tengo, una vez que caliento no noto prácticamente nada, cuando me enfrío regresan los dolores. Es incomodo, pero los futbolistas vivimos con dolor a lo largo del año. Este es un dolor aguantable”. Comenta el futbolista tiene una afección en el nervio ciático: “Fui a Lorca a que me viera el doctor Morillas y me dio una medicación que ha hecho que mejore bastante y que pueda jugar”.

Respecto a su reaparición en el terreno de juego del Linarejos, aunque solo fue la segunda mitad del encuentro, el futbolista manifiesta: “Fue agridulce porque tenía muchas ganas de jugar después de estar un mes parado. Fue un partido muy complicado, pues nada más expulsarle a ellos un jugador, la jugada siguiente nos hicieron el gol. Luego metieron dos líneas de cuatro y no supimos meterle mano. No supimos llevar bien el partido. Con un jugador menos y ganando lo que querían era irse con el triunfo e intentar que no remontásemos y lo consiguieron. Ellos lo hicieron bien y nosotros no supimos meterle mano y conseguir un gol pronto para que les entrase miedo”.

Mario Martos hace una lectura positiva de la derrota, pues de ellas, una vez se analiza, se aprende: “Influir, nos influye, pero hay que aprender de los errores. Hay otros partidos. Nosotros seguimos en nuestra línea y nuestro objetivo es la permanencia, salvarnos. Eso es lo importante y, ahora mismo, estamos cumpliendo ese objetivo”. En un análisis sosegado, desde la distancia que da el día después, Mario Martos, tiene claro que el Linares Deportivo planteó un juego de un modo muy previsible, que el Murcia no tardó en descubrir: “Tocábamos bien de un lado a otro, pero no hacíamos el dos contra uno, en los centros laterales no creábamos peligro. Tampoco lanzamos bien los balones. Fue un cúmulo de cosas que, al final llevó a que ellos se cerraran bien y se fueron creciendo en el transcurso del partido, sumando los minutos. Se cerraron bien y se llevaron los tres puntos”.