Luto por la muerte de Juan Torres

El ciclismo jiennense lamenta
la pérdida del corredor y director
del mítico conjunto del Coosur

18 oct 2017 / 10:39 H.

Su personalidad arrolladora, su pasión por el ciclismo y el trabajo que realizó con la gente joven marcan la figura de Juan Torres Ortega, que falleció a los 89 años después de una larga enfermedad. Fue maestro de generaciones de corredores y su pérdida fue recibida con tristeza entre las personas que aman este sacrificado deporte. Ellos son conscientes de que Torres fue uno de los pioneros que contribuyó a engrandecer el ciclismo en los tiempos más complicados. Juan Torres Ortega nació para pedalear, para enseñar e impartir su magisterio y para difundir los valores del deporte entre los jóvenes. Lo consiguió con tesón y su vida fue un ejemplo de entrega a ese sentimiento que se despertó en él desde su tierna infancia. “El ciclismo es la pasión de mi vida. Admiro su grandeza y el tremendo esfuerzo del corredor”, dijo en un reportaje publicado por Diario JAÉN en 2012. Torres fue ciclista, juez árbitro y director deportivo. Desde los catorce años se entregó a la bicicleta. Nació en Carchelejo, el 10 de agosto de 1928, aunque, muy pronto, con solo dos años, llegó a la capital. Con 13 entró como aprendiz de confitero en “Las Colonias”, propiedad de Julián Delgado. Fue su maestro Eustaquio Villar y permaneció en este oficio hasta que, con 24 años, entró como ordenanza en el Instituto Nacional de Previsión. Allí prestó servicios en el almacén y en el archivo hasta su jubilación. Primero fue corredor, hasta el año 1955. No llegó a ser una figura de primera magnitud, como él mismo admitió, pero se gano a pulso su palmarés por el esfuerzo que exhibió en cada prueba en la que estuvo presente. “Mi fe y mi voluntad eran superiores a mis propias posibilidades”, dijo por entonces. Entre sus hazañas recordó una Vuelta a Andalucía a finales de los años 40, en la que se vio obligado a abandonar por una terrible caída en Alcaudete, en una meta volante. Al día siguiente, pese a que no podía ni moverse por las secuelas del accidente, quiso tomar la salida, pero el médico se lo prohibió. También brilló en el Campeonato de España de 1949, en el que quedó a dos segundos del vencedor. Fue subcampeón de la clasificación de la montaña, por delante de Federico Martín Bahamontes, que con el paso de los años se convirtió en la estrella del ciclismo mundial con el éxito conseguido en el Tour de Francia logrado en el año 1959.

Después de dejar la bicicleta fue durante 17 años juez de la Federación Española de Ciclismo y, posteriormente, responsable del equipo ciclista de la Sociedad Polideportiva Jaén, del Educación y Descanso y del Cristal Cifuentes, hasta el año 1971, en el que se constituyó el Club Ciclista Coosur, un grupo deportivo que dio realce y brillantez al deporte provincial y andaluz con un proyecto con corredores con ADN jiennense, como De este equipo salieron corredores destacados como Ramón Guerrero, Miguel Ángel Fernández Vico, Juan Cantero, Jesús Líndez, Cabello, Bayo, Palomeque y muchos más, algunos de los cuales llegaron a correr en el mundo profesional. Al Coosur dedicó muchos años de su vida y ahí abrió el paso para que luego otros corredores brillaran en la élite, con Urea, Beltrán, Carrasco o Moreno Bazán.

Su esposa y sus hijos, su gran apoyo

Era una persona que se apoyaba en su familia cuando organizaba una actividad. Juan Torres Ortega siempre los tenía presente. Su esposa, Ana Carpio Herencia, y sus seis hijos, Antonio, Ángel, Juan Carlos, Diego, José Luis y Ana María, son testigo de su preciado legado. Fue un espejo en el que mirarse y al que acercarse. Es uno de los grandes del deporte provincial.