La familia de Carles agradece las muestras de solidaridad y cariño

El hermano cree que una analítica hubiera detectado el problema

13 jul 2016 / 10:00 H.

“No tengo palabras para agradecer tantas muestras de solidaridad y cariño que recibimos desde que Fran nos se fue”. Con este sencillo mensaje, la madre del malogrado jugador del Linares, Pepi Garrido, quiere transmitir públicamente su “sentimiento de eterna gratitud” por el apoyo y solidaridad que recibe en tan duro trance, no solo de los linarenses, sino de todos los puntos del país. Para ella, los numerosos testimonios de pesar recibidos y la concurrida asistencia al homenaje en el Estadio de Linarejos y las exequias celebradas en la iglesia de Santa María no hacen más que confirmar la “grandeza” de su hijo tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. “Era una extraordinaria persona. Todo el mundo lo quería por su bondad y generosidad”, recuerda.

Pepi Garrido asegura que la mayor pasión de su hijo era el fútbol y, por encima de este, el Linares. “Lo llevaba en el corazón, al igual que su padre. Tanto era así que fue al gimnasio a entrenarse porque quería estar bien para la pretemporada. Vivía para el equipo y los niños de la cantera”. Fran Carles rechazó un puesto interino de Diplomado en Magisterio de Educación Física para dedicarse al completo al Linares. “Era su vida”, insiste una mujer destrozada por la trágica muerte de su hijo menor, solo ocho años después de la desaparición de su marido, el mítico Ignacio Pardo Venteo, “Carles”, en unas circunstancias parecidas. Aunque, en estos momentos, Pepi Garrido no encuentra consuelo para sobreponerse de un mazazo de tal magnitud, cuenta con el afecto de toda la ciudad y, en especial, de los que fueron compañeros de Fran Carles. “No me creo todavía la forma en la que se ha ido”, señala con un nudo en la garganta. Precisamente, eso es lo que quiere que se investigue la familia. Para el hermano mayor de Fran Carles, Carlos Ignacio Pardo Garrido, existen demasiados cabos sueltos desde que se produjo el fatídico accidente en el gimnasio hasta su fallecimiento el pasado viernes en el Hospital San Agustín. “Es una barbaridad que muera una persona por esto. Se da un caso entre miles y, por desgracia, le ha tocado a mi hermano”, lamenta. Sensiblemente molesto, Carlos Ignacio cree que el fallecimiento del capitán del Linares pudo evitarse con una “simple analítica” y por ello quiere saber qué fue lo que realmente ocurrió. Asimismo, advierte que no tolerará conjeturas o informaciones sesgadas en ningún medio sobre la muerte de Fran Carles.

Palabras de recuerdo de Susana Díaz
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La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, recordó la figura del malogrado jugador del Linares Fran Carles durante la recepción en el Palacio de San Telmo a la nueva junta directiva de la Real Federación Andaluza de Fútbol. “Mi recuerdo para Fran Carles. Se nos fue un jugador muy joven y referencia para su equipo. En estos momentos tan dolorosos quiero expresar todo mi cariño para su familia, los amigos y el Linares”, expresó la responsable tras recibir del presidente de la FAF, Eduardo Herrera, la Medalla de Oro y Brillantes de la Federación, una condecoración que solo ha sido otorgada hasta ahora al Jefe del Estado, el Rey Felipe VI, y al presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar. Susana Díaz agradeció esta notable distinción y apostó por reforzar el fútbol de formación en la región. También subrayó el “trabajo de equipo, superación y juego limpio” que promueve el organismo federativo.

“Murió por su Linares, al igual que vivió por él”
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Es difícil para mí escribir estas letras. Difícil porque me acuesto y me levanto entre lágrimas, sin terminar de asimilar que ya no esté a mi lado, y lo que es más difícil aun, saber que no lo volveré a ver más, al menos no en esta vida. Me doy cuenta en estos días más que nunca, que estamos de paso, que no podemos hacer planes más allá del aquí y el ahora. Muchas veces hablé con Fran de lo efímero de la vida, de que hay que disfrutar, vivir. Él nunca le dio importancia a la muerte, me solía decir que para morirse solo hay que estar vivo y que, al final, todos iremos al mismo sitio. Supongo que el hecho tan duro que le supuso la muerte de su padre le hizo ver la vida de otra forma, y la muerte también. Quién conoció a Fran sabe de sobra como era. Su amor a su Linares, a sus colores, a su gente. Fran tenía la sangre azul, porque él era simplemente especial. Como amigo era un diez, siempre pendiente de todos, siempre preocupado por todos. Incluso, estos días, estando de vacaciones, me decía voy a escribir a tal o a cual a ver si está y los vemos. Si venía alguien nuevo al equipo, él era el primero en acogerlo y hacerle sentir como en su casa. Así era Fran, todo corazón. Sufría cada derrota como si fuese un descenso, los domingos ya fuese porque empatasen, perdiesen, o no se hubiese visto bien él mismo, no se le podía hablar. Era exigente al máximo en su trabajo, y esa exigencia le costó la vida. Murió por su Linares, al igual que vivió por él. Pocos sabemos lo que sufrió esta temporada pasada al no poder dar el 100. Así era Fran. Mientras muchos le decían que la categoría le venía grande, yo sé que le venía pequeña, aunque no haya tenido tiempo de demostrarlo, porque a él todo le venía pequeño, porque él era demasiado grande. Como hijo y hermano siempre fue otro diez, quiso a su madre como a nadie, aunque no fuese de decirlo cada día, y quería, admiraba y se preocupaba por su hermano cada día. Se ha ido alguien irrepetible, y no lo digo porque fuese mi pareja, lo digo porque Fran tenía esa magia que pocas personas tienen. Jamás pude estar enfadada con él más de dos minutos, me sonreía con esa sonrisa suya y ya se me olvidaba todo, tenía esa gracia natural que hasta cuando se enfadaba te ganaba. Como pareja me vais a permitir que no diga mucho más. Quién lo conoce sabe lo discreto que era en su vida personal, no le gustaba poner nada en las redes sociales ni comentar, su amor era de los dos y de nadie mas, el amor no se pregona, se demuestra siempre me decía. Y me lo demostró hasta el último de sus días. Seguramente si leyese estas letras me diría: “Ya estamos con los romanceos Lola”. Así era él, con gracia hasta para quejarse. Pasará mi vida entera y sé que jamas encontraré a nadie como él, ni amaré a nadie como a él. Su bondad, su sonrisa, sus palabras y su amor me acompañarán siempre. Igual que a todo Linares. Por eso os quería agradecer, en mi nombre y en el de su familia, tantas y tantas muestras de cariño. Fran se ha ido demasiado pronto, dejándome con muchos planes por cumplir juntos, pero ha dejado un legado, unos valores y un amor que no se perderá nunca. Se fue como lo que es y será, una leyenda. Me ha costado mucho escribir estas letras, pero son tantísimas las muestras de cariño que nos llegan que es lo mínimo que puedo hacer. Gracias a todos de corazón. Lola.