La madurez “bleu” mide la valentía belga, que buscan ser los primeros finalistas

10 jul 2018 / 08:06 H.

Francia y Bélgica disputarán hoy (20.00 horas/Telecinco) la primera semifinal del Mundial de Rusia 2018, la final anticipada por juego y sensaciones de las dos mejores selecciones por su rendimiento en el torneo, un choque sin favorito claro por el premio gordo hacia un escalón conocido en los galos y que sería histórico para los belgas. Del Estadio de San Petersburgo saldrá el primer finalista de la Copa del Mundo, tras un arduo camino por ese lado del cuadro que juntó a la plana mayor de candidatas. Francia vuelve a estar entre las mejores, con el firme proyecto que dirige desde hace ya seis años Didier Deschamps, y Bélgica logró finalmente destaparse.

Y es que los “diablos rojos” que dirige el técnico español Roberto Martínez culminaron el pasado viernes ante Brasil su entrada triunfal en el escaparate de una gran cita. El catalán logró el salto tan reclamado a la calidad belga, de posible tapada y después candidata, para terminar incluso como decepción en los últimos torneos. En un Mundial, jugar contra Brasil en un cruce no es un día cualquiera. La ‘generación dorada’ de Bélgica lo aprovechó para confirmar su candidatura al título, aún en duda por su amable Grupo G y por su sufrida remontada ante Japón en octavos. ‘Bob’ Martínez diseñó la estrategia y su equipo la cumplió a la perfección (1-2). Después de sufrir ante los nipones, donde remontaron un 2-0 en los últimos 20 minutos, el técnico español cambió la táctica que había trabajado desde que debutara en el banquillo belga en septiembre de 2016. Cambió su defensa a cuatro en lugar de tres, recuperó a Fellaini junto a Witsel y Chadli, y dejó arriba a un ‘tridente’ letal formado por Lukaku, De Bruyne y Eden Hazard.

Tras eliminar a la pentacampeona y llegar a la segunda semifinal de su historia 32 años después, el desafío de Bélgica no hace sino crecer. Francia les lleva ventaja en las quinielas, por tradición y por un punto extra de solidez en su entramado defensivo, sin perder un ápice de verticalidad y peligro cuando buscan la meta rival.

“Les Bleus” disfrutan de la madurez de su juego con Deschamps y tienen sed de títulos.