Justa derrota de un apático Jaén

Caer en la desidia puede ser uno de los estados de ánimo más peligrosos para todo ser humano. Le pasó a Juan Rulfo, que tras escribir “Pedro Páramo” se mostró apático y abúlico, y nada le motivaba, por lo que estuvo más de veinte años sin volver a escribir una novela. Tras su victoria ante Peñíscola en cuartos de final de Copa de España y la siguiente eliminación ante Movistar en semifinales, los de Dani Rodríguez han caído en un bache de derrotas, hasta este partido inmerecidas, pero que, tras lo visto en el encuentro en tierras valencianas, esta última si se puede etiquetar de “justa”, y en el que lo peor, por consiguiente, fue la imagen mostrada, que ralló, por momentos, la apatía y la tristeza. Solo fue el Jaén FS el equipo poderoso que se ha mostrado en la Liga en los últimos cinco minutos de la primera mitad, donde además de empatar el encuentro, mereció irse con victoria al interludio entre tiempos.

Tampoco es positivo afirmar que Dani Cabezón —que no jugó ante ElPozo Murcia pero que ante el Levante disputó los cuarenta minutos— fue el mejor de los jiennenses. El Levante, muy necesitado de un triunfo que lo sacase de los puestos de descenso, salió decidido a conseguir la victoria, y el arreón inicial fue suyo. Luego el encuentro se estabilizó, con un Jaén ordenado, pero poco incisivo en ataque. La más clara de iniciático intervalo de tiempo para los visitantes la tuvo Chino. Conforme el encuentro avanzaba, proporcionalmente también lo hacía la fricción, y es que existen aún “rencillas” pendientes entre granotas y amarillos debido a diferentes tensiones en encuentros anteriores. En este contexto bélico llegó el primer tanto del encuentro. Fue obra de Cecilio, que recibió un gran pase de Je y batió a Cabezón, que se había mostrado muy acertado en ocasiones previas, pero que aquí nada pudo hacer. Con el tanto, empezaron los momentos de acoso del Jaén, con un doble palo incluido de Campoy y Mauricinho tras excelsa jugada del primero. También probó suerte Fabián con la puntera. Y a poco más de un minuto para el final de la primera mitad, Solano puso el empate tras una bellísima jugada ensayada.

Estos momentos fueron un espejismo. El Levante fue mejor en la segunda mitad y Cecilio, de nuevo, se erigió en héroe para sacar a los locales del descenso y llevar el éxtasis al Pabellón El Cabanyal de Orriols.