Javier Fernández se convierte en leyenda

El español entra en la historia con un bronce olímpico

18 feb 2018 / 11:25 H.

El patinador Javier Fernández entró en la historia del deporte español tras conseguir la segunda medalla para la delegación española en los Juegos Olímpicos de PyeongChang (Corea del Sur) y ganó un bronce en la modalidad de patinaje artístico sobre hielo. El bicampeón del mundo, de veintiseis años, vivió un sueño en el Gangneung Ice Arena con su metal, el primero del deporte sobre hielo español, de poca tradición en el país, el segundo de la cita tras el bronce de Regino Hernández en snowboard, y el cuarto en total de España, tras el oro de Francisco Fernández-Ochoa en el eslalon de Sapporo 1972 y el bronce de su hermana Blanca, también en eslalon en Albertville 1992. Cuatro años llevaba esperando el madrileño para quitarse la espina de lo sucedido en Sochi. Tras un “programa corto” excelso, el hexacampeón de Europa rayó también a gran altura en el Largo, pero no pudo con el gran favorito, Yuzuru Hanyu, que logró renovar el título, algo que no sucedía desde que lo hiciese el estadounidense Dick Button en 1948 y 1952, ni con el joven Shoma Uno, que le arrebató la preciada plata por casi el mismo escaso margen con el que el kazajo Denis Ten le quitó el bronce en 2014.

Sin embargo, Fernández se aseguró el tercer metal, un premio para una carrera plagada de esfuerzo, trabajo y sacrificios para consagrarse como uno de los mejores patinadores del mundo. A punto de cumplir los veintisiete años, PyeongChang 2018, sus terceros Juegos, significaban para él su última oportunidad de conseguir esa ansiada medalla olímpica que, por fin, llegó para adornar ya un palmarés enorme con dos campeonatos mundiales, un bronce mundial y seis títulos europeos.