Pura emoción, pura pasión azulilla

A diferencia de otras peñas, Linarejos se constituyó en un mal momento para los seguidores azulillos. El equipo había descendido a Segunda B, después de cuatro temporadas en la División de Plata, y la inestabilidad institucional ponía en riesgo la continuidad de la entidad. Corría el año 1985, cuando José Gallego, Vicente Crespo y otro grupo de aficionados decidieron crear el colectivo.

26 nov 2014 / 11:30 H.

Desde entonces, su apoyo al club ha sido incondicional. Linarejos es “pura emoción, puro sentimiento” por un escudo que representa la “esencia” de una ciudad curtida en mil batallas. La peña siempre ha estado al lado de su equipo, con el que ha compartido grandes alegrías y también tardes de fracaso.

“Para eso estamos, para apoyar en lo bueno y en lo malo. Esa es la filosofía que defiende la peña desde que se fundó”, explica el presidente, Pedro Jimeno, un hombre que siente al Linares como algo propio hasta tal punto de echar una mano como directivo cuando más falta hacía. Era 2010 y el equipo palidecía en Primera Provincial. “Cómo hemos cambiado”, cuenta orgulloso Pedro Jimeno; “ahora en Linares se vuelve hablar de su equipo”. Así se expresa, cada quince días, en Linarejos con colas a las puertas del estadio para ver al conjunto de Torres. Llegar a este punto, sin embargo, no ha sido fácil, toda vez que el club arrancó de cero. “Es duro rozar con la yema de los dedos la Segunda A y verte de nuevo en los campos de tierra, pero, por suerte, volvemos a estar muy cerca del espacio donde, como mínimo, debe estar el Linares”, afirma sin pestañear Pedro Jimeno, quien abandonó su cargo en la junta directiva la pasada campaña.

La sede de la peña guarda entre sus paredes un trozo de la historia azulilla, entre banderas, bufandas, fotografías y recuerdos de distintas épocas del equipo. La pasión se desborda por cada rincón del local, donde se reúnen cada fin de semana estos abnegados aficionados, que tienen fe ciega en la plantilla. “Subir es factible porque el equipo juega muy bien, está en racha y con buenos resultados”, argumenta Pedro Jimeno. Linarejos no solo vive de fútbol. El colectivo hace muchas más cosas además de animar al Linares tanto en casa como fuera. Así, organiza actividades para sus socios, como viajes a la playa, jornadas de convivencia y diferentes torneos de juegos de salón. “Somos una gran familia que tiene como nexo de unión el cariño al Linares. Intentamos hacer cosas para mantener activa la peña”, afirma el responsable.

El sueño de los peñistas y del resto de aficionados es celebrar el próximo mes de junio en la Plaza del Minero el ansiado regreso a la Segunda B, “un lugar que nunca debió perder la ciudad”, lamenta Pedro Jimeno.