El mediocentro rompe el once tipo

La única posición que ha variado ha sido la de pivote defensivo, aunque por motivos circunstanciales, ya que ese puesto en la alineación era de Vicente Rodríguez hasta que cayó lesionado en la cuarta jornada. A partir de ese momento, Torres ha alternado con Lara y Rodri para cubrir la baja del canterano. El resto de jugadores ha sido el mismo desde que comenzó la competición.

Así, por primera vez en mucho tiempo, el sistema sigue un orden establecido en el que, por ahora, no hay rotaciones, salvo por razones forzosas, como la citada lesión de Vicente y la entrada de Jorge Sanabria en el centro de la defensa ante el Huétor Tájar —jornada séptima— por la ausencia de Jonathan Rosales, por dolor de muelas que le impidió entrenarse con normalidad durante la semana. Torres, por lo tanto, hace suya la máxima que dice: Si algo funciona, mejor no cambiarlo. El preparador azulillo reconoce que está contento con el rendimiento de los jugadores, por lo que no ve necesario introducir cambios. Además, por suerte para él, los torneos coperos han venido de maravilla para dar minutos a los que carecen de ellos en la Liga y, de este modo, mantener el nivel competitivo en la plantilla.

Torres parece tener este año las ideas nítidas sobre lo que quiere y cómo lo quiere. Gracias a esto, ha dejado de estar cuestionado en la grada por sus vaivenes de antaño en el once inicial. En cualquier caso, todo depende del estado de los jugadores y de cómo se desarrolle la competición. “También de los rivales —añade Torres—, puesto que la utilización de uno u otro jugador, en el caso del pivote, está condicionado al estilo de juego más o menos ofensivo”, recuerda. Lo cierto es que las cosas están saliendo a pedir de boca, a pesar de que haya partidos, como el del pasado domingo ante el Antequera, en los que las sensaciones que desprende el equipo no sean las mejores, como reconoce el propio Torres. “La verdad es que no fue nuestro mejor encuentro”.