Vértigo en La Romareda

El Real Jaén visita La Romareda en una situación delicada. El revés contra el Barcelona B metió al equipo de Manolo  Herrero en puestos de descenso cinco meses y medio después. Hoy opta a salir con un resultado favorable ante un Zaragoza también con urgencias. La vuelta de Jozabed, esperanza blanca en un duelo por escapar del vértigo (LaSexta, 18:15).        

19 abr 2014 / 22:00 H.


El Real Jaén salta al césped casi medio año después con esa inquietante sensación de la soga que aprieta. Necesita desanudar los lazos con la misma agilidad que en la primera vuelta. El aterrador arranque de Liga dejó paso a una reacción espectacular que germinó en las paredes del vestuario. Un ciclo más tarde, la conjura de la plantilla vuelve a escena para recuperar el crédito perdido y escapar del infierno. Restan ocho finales de infarto. Y la primera de ellas conduce al Real Jaén hacia otro campo maldito en su historia. El Estadio La Romareda, inaugurado en 1957 y testigo de exhibiciones de astros como el ahora apagado Leo Messi o expulsiones tan inolvidables como cómicas (Rafa Guerrero), siempre enseñó los dientes al Real Jaén, que nunca ondeó la bandera a orillas del Ebro. Todo lo contrario: tres visitas, tres cicatrices. Apetece recordar que el Barcelona B tampoco jamás había ganado en La Victoria para aliviar el peso de la estadística. Además, el Zaragoza, candidato al ascenso a Primera, también ha vivido entre turbulencias la mayor parte del curso. La agitación  dejó por el camino a Paco Herrera. Víctor Muñoz, su relevo, ha reconducido el rumbo de un plantel todavía lejos de la cabeza y a solo cuatro puntos del descenso. En ese sentido, el vértigo es compartido, si bien es el Real Jaén el que se presenta con los pies sobre las cenizas. En el intento por emprender la huida, la vuelta de Jozabed tras cumplir ciclo se atisba como un rayo de luz entre nubarrones. La clase del sevillano, vinculado en la previa con el Rayo Vallecano, se antoja esencial para aprovechar las grietas de un Zaragoza frágil en defensa (nueve goles encajados en cinco partidos) y con demonios en ataque (Luis García y Henríquez). Los maños apelan al escudo y a la grada para continuar su escapada. El Real Jaén, con jugadores y técnico en la diana, al orgullo y el convencimiento de que están a tiempo para la resurrección.