Hitos no tiene razón

    21 ene 2017 / 11:27 H.

    E s la otra cara de la vida, el revés, la segunda parte de una tarea voluntariamente elegida, voluntariamente optada y voluntariamente conseguida. Y cuyos condicionantes se intuyen y se perciben con nitidez. Desde esta perspectiva la razón se difumina, las cosas son de otra manera y el busilis viene perfilado por las características de ese quehacer. Es verdad que siempre que se gasta se busca una rentabilidad, y valía para ello hasta la referencia del filósofo Kant, pero de la misma forma también lo es que “pacta sunt servanda”, que los pactos hay que cumplirlos, como declaró el Senado Romano. Malo y viejo asunto es este el de los compromisos, tanto que, desde los documentos de comunidades y sociedades más antiguas, ya hay constancia de desajustes de este tipo y condición. (Prudente hubiera sido, en este momento del calendario de la competición, colocar en el primer espacio y como objeto principal de atención la vivencia deportiva del encuentro con el Linares, pero, como advierte el historiador romano Tácito, no podemos ser “espíritus crédulos a tomar por señal del cielo cualquier casualidad”. Importante y significativo es el encuentro entre hermanos, mas poco se puede decir que no sea ya conocido hasta por los aficionados más tibios. El grave riesgo, en esta oportunidad, lo arrastra el Real Jaén debido a los ambientes de la clasificación por los que anda y mucho cuidado debe poner para no aumentar el peligro. Los protagonistas, a su vez, del Linares Deportivo también tienen sus cuitas, como una baja de mucho cuidado, pero se mueven en escenarios más lucidos de éxitos futbolísticos. En una novela muy conocida sobre una experiencia antropológica en África se cuenta que, cada vez que dos miembros de la tribu se encuentran, el saludo se hace con esta pregunta: ¿Está el cielo despejado para ti?, y el interlocutor ha de contestar calmosamente: El cielo está (o no) despejado para mí. Mala fórmula de cortesía para los seguidores del Real Jaén, que tenemos un horizonte complejo, por decirlo de manera no estrambótica y porque, desesperándonos sin más, no resolvemos nada. Lo curioso de estos paisanos es que siempre describen las cosas como deberían ser y no como son.