Exigencia y realidad

    26 sep 2016 / 12:30 H.

    En una de sus acepciones más lógicas, el principio de igualdad no supone que haya que dar o pedir a todos por igual en todo momento, sino a cada cuál según su situación y capacidades. Se encuentra el Real Jaén como institución en uno de sus demasiado frecuentes ciclos bajistas, naufrago con poco a lo que agarrarse para llegar a la orilla de la prosperidad. Pero cuando el balón empieza a rodar sólo entendemos de goles y victorias. Y es en este contexto en el que más debemos desarrollar la perspectiva. En lugar de nadar con desesperación hemos de mirar a lo lejos y buscar tierra, y adaptar nuestros recursos y capacidades a intentar llegar a ella. Es una realidad que este club, por historia y prestigio, tiene algo ganado cada temporada, tanto a la hora de fichar como al presentar su escudo en cada partido. También es obligada la ambición de querer llegar muy lejos cuanto antes. Pero para no acabar ahogados, no debemos confundir ambición con exigencia. Con 3.000 personas de masa social activa y 600.000 euros de ingresos ordinarios al año, una de las claves del posible éxito de la temporada será lograr conciliar esos tres factores: ambición, exigencia y realidad. Es la prueba a la que nos está sometiendo este inestable inicio de competición.