El Real Jaén llega al play off con un empate que le asegura ser tercero

Las cuentas se habían estudiado con detenimiento durante la semana. El mensaje era el de sumar los tres puntos en Huétor Vega para no tener que estar pendiente de los marcadores del Antequera y el Huétor Tájar. El Real Jaén, a lo largo de su historia, ha descendido de categoría o no ha disputado las eliminatorias de ascenso por una combinación de resultados en los que fue perjudicado. Los blancos, en esta ocasión, se aferraron más que nunca a las matemáticas y en el segundo periodo buscaron la igualada sabedores de que el punto le daba el tercer puesto —disputará la Copa del Rey al no poder jugarla el Atlético Malagueño y el Almería B por su condición de filiales— y la consiguiente clasificación para el play off. No fue la forma más brillante con el empate sin goles, pero si resultó efectiva debido a la dinámica vivida por la entidad en las últimas temporadas. A un grupo de aficionados no le gustó el pacto de no agresión que firmaron tanto granadinos como jienenses e, incluso, increparon al banquillo del Real Jaén. Andrés García Tébar justificó la falta de ambición de su equipo en este periodo. “Cualquier fallo nos podría haber costado el partido y la clasificación”, argumentó.

La primera mitad fue distinta con un Real Jaén con las ideas claras en un campo de césped artificial y de reducidas dimensiones. El cuadro de la capital fue agresivo, monopolizó el control del balón y generó ocasiones. Recurrió a la magia y elegancia de Juan Carlos. El malagueño es un futbolista diferente y la calidad está asegurada en cada acción. Juan Carlos se asoció bien con Víctor Armero y Juanlu. García Tébar le ha concedido libertad de movimientos y redunda en beneficio de los blancos. Las llegadas no se tradujeron en gol por las buenas acciones del meta Migue García, que suplió a la perfección la candidez de sus compañeros de línea defensiva. Pedro Beda fue incordio para los dos centrales. El brasileño, al estar Migue Montes en el banquillo por su molestias, sí fue alineado como referencia ofensiva. Fijó bien a a los centrales y solo le faltó el gol. Una maniobra suya terminó con un disparo fuera cuando los cerca de 800 aficionados “lagartos” en las gradas ya cantaban el gol en las gradas del Municipal de Las Viñas.

El Real Jaén buscó resolver por la vía rápida y encerró en su área al Huétor Vega. Juan Carlos dejó su sello en un cambio de orientación que recogió Manolillo, que se plantó solo ante el portero rival. Apostó por un disparo potente y Migue García lo salvó con el cuerpo ante la desesperación de los jugadores blancos. No se desesperó la escuadra de García Tébar, en esta media hora se sintió cómoda tanto en el fútbol de toque como en el directo. Pero el Real Jaén se difuminó con el paso de los minutos y pareció tomarse un respiro, aunque en esta fase Beda emergió de nuevo con un remate de cabeza que paró en dos tiempos el portero. La elaboración desapareció y el camino elegido fue la estrategia, aunque no se aprovechó ninguna ocasión pese a la altura de Ismael Heredia. El marcador no se movió en este periodo ni en el segundo, que fue un simulacro con dos conjuntos que se conformaron con el empate. Los granadinos querían ser decimoctavos—pueden salvarse en caso de ascensos en este grupo— y el Real Jaén renunció al ataque para mantener el botín que le permitió lograr dos objetivos: play off y Copa.