El Linares da cuenta del líder en un partido en el que brilla

El Malagueño hace trabajar al meta Robador al final

19 abr 2018 / 08:43 H.

El Linares volvió a demostrar que puede ganar a cualquiera de los grandes del grupo. Atlético Malagueño, Almería B, Real Jaén, Motril y Antequera pueden dar fe de ello. Sin embargo, es frente a muchos equipos de mitad de tabla hacia abajo contra los que los azulillos se han dejado los puntos que, a fecha de hoy, le privan de estar en la pomada por el ascenso. Ante el líder, los de Jaime Molina, dirigidos por Chico tras la expulsión en Huétor Tajar, culminaron un partido de enorme valor. Con pelota el equipo estuvo muy serio y paciente, con un Sergio Ortiz participativo en la circulación. La posesión y el dominio fue local, pero el nombre propio de la primera parte fue un futbolista de la parcela defensiva. Sergio García completó, quizás, su mejor partido con la elástica azulilla y su figura resultó vital para que el cuadro malagueño se fuese a vestuarios casi sin rondar las inmediaciones de Robador. Acertadísimo en cada expedición fuera del área y concentrado dentro de ella, alejó los fantasmas de otras tardes menos acertadas y demostró que, con continuidad y experiencia, puede ser un central de futuro. La segunda parte cambió algo las tornas del partido y el ida y vuelta se hizo protagonista. Al Linares no le importó, pues con Barba y Juanfran más la entrada de Pekes, contó con velocistas y especialistas al espacio para matar el partido. Pudo hacerlo en botas de Aguilera y Juanfran, con disparos dentro del área, y en dos mano a mano errados por Pekes y Barba. El tramo final, con el Linares defendiendo en su área y el Atlético Malagueño buscando el empate, permitió ver a David Robador en acción y su nombre sobresalió respecto a cualquier otro en el segundo acto. Primero voló para mandar a córner una vaselina tras un rechace, pero el colofón fue lo que hizo en el 90’. Hicham remató un centro lateral a bocajarro, pero una acción inverosímil de puros reflejos permitió al meta sacar una mano milagrosa que certificó el 1-0 en el marcador. Victoria de mérito para un Linares que, otra vez, demostró que puede ser tanto Doctor Jekyll como Mister Hyde.