Un poemario teatralizado de carácter minimalista e íntimo

Juan del Arco representa la obra Solo en la sala en el Museo Provincial

23 mar 2018 / 09:10 H.

Fue uno de los primeros actores en realizar una representación teatral dentro del patio de San Miguel, en el Museo Provincial. Tras varios años sin hacer de ese uno de sus escenarios, el jiennense Juan del Arco regresó para presentar Solo en la sala, una obra que se podría definir como un poemario teatralizado de carácter minimalista. La luz, un micro, un atril y la grave voz del actor fueron los elementos necesarios para hacer viajar a los espectadores a través de un imaginario que invitó al autor a desnudar su alma, y al público, a dejarse llevar por los versos de grandes artistas y literatos como Astor Piazzolla, Gloria Fuertes, Federico García Lorca, Nacho Cano, Mike Porcel o George Wilson, entre otros.

Tal y como dijo Del Arco durante su actuación: “Me alimento de todos ellos pero, por no tener, no tengo ni un simple pianista que me acompañe esta noche... Y así me va. Desnudo delante de todos ustedes... Desnudo y solo. Solo en la Sala”. Con estas palabras, el jiennense traspasó el alma de quienes escucharon sus mensajes. Su manera de interpretar cada texto fue especial. Las tonalidades de su voz, acompañadas de ciertas pausas dramáticas y de la representación de lo que podría ser la vida de cualquiera invitó a los oyentes a empatizar con el actor que, más allá de la interpretación, jugó con sus mentes con un giro de tuerca final en el que les preguntó si aquello que habían presenciado era realidad o ficción. De esta manera, logró recrear un paradigma escénico en el que la persona y el personaje quedaron en tela de juicio sin desvelar la verdadera intencionalidad de la obra y dejando un final abierto que tendría que ser resuelto por los espectadores que presenciaron la sobriedad de su puesta en escena. “¿Qué es en el fondo actuar sino mentir? Un actor debe ser capaz de crear el universo en la palma de su mano”, indicó Del Arco.

Esta actividad estuvo enmarcada en la conmemoración del Día Internacional de la Poesía, instituido por la Unesco. Así, a través de un recital íntimo despojado de elementos escénicos —y siguiendo las vías del cabaret literario—, la soledad pareció cobrar vida, la arquitectura del museo arropó la actuación y la atención del público envolvió una puesta de escena de éxito asegurado.