Un Lorca flamenco llega al Darymelia para conquistar

La compañía jiennense Yronía representa la obra musicalizada Bodas de sangre

25 oct 2017 / 10:16 H.

La tragedia, en verso y prosa, se escribe para mostrar las pasiones desbocadas vividas —o sufridas— por personajes con carácter, algunos más fuertes y otros más débiles. Es el caso de Bodas de sangre, donde Federico García Lorca narra la historia de una esposa que huye con su amante para morir asesinada a manos de su propio marido. Como bien afirma en su texto: “El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta.” Puede que, por esa razón, su historia verse sobre el asesinato, aunque son muchos los que afirman que está basada en un crimen producido el 22 de julio de 1928 en el Cortijo del Fraile, en Níjar, Almería. De una u otra manera, la pequeña y la gran pantalla ha representado este drama, siempre con su inconfundible escenario andaluz. Y el teatro no iba a ser menos. Por ello, y sobre las tablas del Darymelia, la compañía Yronía debutó con una adaptación que resonó al son de los violines, una guitarra flamenca, saetas, alboreás, nanas y bulerías.

Algunos profesores del Conservatorio Ramón Garay formaron parte del elenco de la compañía teatral jiennense que, durante meses, ensayó esta función. “No quería hacer un Lorca prematuro. Esperé hasta ver que todos estuvieran lo suficientemente formados”, indicó Juana Bravo, su directora. Junto a ellos, los alumnos del taller de cante flamenco de la Universidad Popular, acompañados de su profesora —y también miembro de Yronía—, Vicky Romero, se encargaron de adaptar algunos de los versos del texto original para darles un toque distinto. Así, despuntó la guitarra española de José Moreno, músico de cabecera de la cantaora, quién destacó en su interpretación flamenca de la luna lorquiana, uno de los arquetipos más poéticos de su literatura que, como no podía ser de otra manera, deslumbró con luz propia. Sus quejíos y sentimientos arañaron el alma de los espectadores que, emocionados, no dejaron de contemplar ensimismados su arte.

No se quedó atrás la jiennense María Maderas. La niña, de diez años, y nieta del cantaor Rafael Maderas, interpretó, al final de la función, una parte de una saeta que levantó las pasiones del público, que rompió entre aplausos emocionados. Junto a ella, más de una veintena de actores y músicos derrocharon arte, talento y, sobre todo, dramatismo, para recrear una de las bodas más sangrientas y conocidas de la literatura universal.

Casi cuatrocientos jiennenses se dieron cita para ser testigos del encuentro entre el amor, la muerte, los celos, el miedo y el desprecio. Todas ellas, emociones patentes en cada uno de los actores de esta función, que estuvo dedicada íntegramente al profesor —y también alumno del Conservatorio—, Anselmo López. Él debió ser parte de la representación durante el pasado mes de mayo, fecha prevista para el estreno. Debido a su fallecimiento, nunca pudo interpretar su papel. Por esa razón, tanto la compañía como los alumnos de Romero rindieron en el inicio de esta obra un sentido homenaje al jiennense.

Ya fuera de la programación de feria, y al margen de cualquier actividad organizada en un marco institucional, Yronía cumplió su sueño ofreciendo una representación de gran nivel por solo tres euros. “No pretendemos sacar un beneficio económico para lucrarnos, simplemente, pagar los gastos mínimos. Hacemos lo que nos gusta”, destacó su directora.