Un cabaret a la medida de la piel de toro

La “opera prima” de Paco Zaragoza triunfa en Peal de Becerro de la mano de la compañía La Criba Teatro

21 dic 2018 / 11:45 H.

El título, “Iberian Cabaret”, reivindica “per se” el iberismo de la provincia de Jaén. Es la primera incursión que el director teatral Paco Zaragoza, hace en el mundo de la dramaturgia. También lo es, como musical, para La Criba Teatro que, este domingo, echará el telón definitivo en El Ala Oeste, tras agotar las 14 funciones programadas en Peal de Becerro, municipio ibero donde los haya, con la principesca y genuina Cámara Sepulcral de Toya. La compañía realizará sus cuatro últimas funciones este fin de semana. Todo un éxito, ya que se han superado las previsiones iniciales al superarse los 2.100 espectadores, en un municipio de poco más de 5.000 habitantes. El público procede de diferentes puntos de la provincia de Jaén y valora, en líneas generales, “el soplo de aire fresco, la vitalidad y el ritmo endiablado de un cabaret que apenas deja un momento de respiro”.

“Iberian Cabaret” se estrenó, a principios de noviembre, en el Teatro Municipal Rafael Alberti, a cargo de la compañía La Criba, integrada por actores y actrices de Peal, Cazorla y otros pueblos de la comarca. Los llenos registrados obligaron a programar hasta catorce funciones, trece de ellas en la sede del grupo, la recuperada Ala Oeste del Teatro-Cine San Antonio. Si las diez funciones ya realizadas se hicieron a teatro lleno, desde la organización se informa que ya están agotadas las entradas para las cuatro funciones que restan, previstas para mañana sábado y el domingo.

En “Iberian Cabaret” participan 24 intérpretes y bailarines de tres generaciones, que oscilan entre los 16 y los 68 años. Todos ellos forman parte de La Criba, una compañía nacida en la primavera de 1975 y vinculada a Paco Zaragoza. En principio, no está previsto que se haga una gira con este montaje, calificado de “ambicioso y complejo”, que hizo las delicias del público durante el otoño que ahora finaliza.

“Coordinar la agenda de un total de 30 personas, entre intérpretes y técnicos, resulta extremadamente difícil, por lo que no queda otra alternativa que despedir este musical, transgresor y sorprendente, en vísperas de la Navidad”, reconoce Paco Zaragoza, director y autor de la obra.