Tchaikovski, Auer y Stradivari

Concierto de Vicente Cueva, Jeremías Sanz y Daniel del Pino en La Económica

24 feb 2017 / 11:38 H.

Un programa singular, tres excelentes músicos y un violín con nombre propio: Antonio Stradivari “Auer” de 1691. La Económica fue el escenario en el que se reunieron estos tres ingredientes que hicieron del 23 de febrero de este 2017 un día “histórico” para la institución bicentenaria. El violinista Vicente Cueva, el único español con un violín del más célebre luthier italiano, junto con el violoncello Jeremías Sanz y el pianista Daniel de Pino, fueron recibidos con expectación en la entidad cultural y, minutos antes de que comenzara el concierto, ya se había completado el aforo. Entre el público, jóvenes alumnos del Conservatorio Superior de Jaén, de los que fue profesor Vicente Cueva en los últimos cuatro años.

Dos tríos de los “compositores rusos más importantes”, como adelantaba el violinista Vicente Cueva, esperaban en esta magnífica tarde. El gris y la lluvia de la calle contrastó con este programa romántico ruso de lujo. Y es que, como adelantaba el músico, muy probablemente, esta era la primera vez que sonaba en La Económica el trío de Tchaikovsky. “Es una obra tan monumental y con unas dificultades técnicas tan enormes para los tres músicos que es muy difícil escucharla en las salas de conciertos”, explica el músico. Antes, en la primera parte, los intérpretes presentaron el trío Elégiaque, de Sergei Rachmaninov. Esta pieza, como explicó después el violinista, es un guiño de su compositor a Tchaikovsky. Y la segunda, el complejo e inspirado trío que Tchaikovsky compuso “obligado” en 1882 por su mecenas “Nadezhda von Mec” y en homenaje a su amigo, músico ruso Nicolai Rubistein.

Fue, en esta cita, protagonista el violín Antonio Stradivari “Auer” —cedido a Vicente Cueva por Roger y Huguette Dubois, propietarios del Grupo Canimex, de Quebec (Canadá)— que, con sus 326 años, regaló su misterioso y bello sonido a los asistentes. Este instrumento perteneció al violinista judío Leopold Auer, creador de la escuela rusa y profesor de todos los grandes violinistas judíos del siglo XX. Como curiosidad, este también está muy relacionado con el compositor ruso, ya que, como contó Vicente Cueva, Tchaikovsky dedicó su Concierto para violín a este, que lo rechazó por “intocable”.