o la unión entre arte y metáfora

El artista presenta dos obras llenas de alegorías en la undécima exposición internacional Bienal Blickachsen

29 may 2017 / 11:09 H.

La Bienal Blickachsen celebra su 11 edición y el artista Ricardo Calero, natural de Jaén, participa de nuevo con dos obras artísticas cargadas de metáforas, historia y belleza. Espacios de pensamiento y Construir de palabras espacios de futuro son los títulos de las creaciones que se pueden observar en esta exposición en la que colaboran autores de reconocimiento internacional y en la que se experimenta la relación que coexiste entre el arte y la naturaleza.

La primera de ellas consiste en un recorrido visual que comienza en la fortaleza medieval. Allí, una gran “A” representa el inicio de un camino paralelo al río Nidda y, a través del cual, se puede encontrar la frase “Mit Wörten die Zukunft gestalten” (construir de palabras espacios de futuro). El trayecto finaliza en la plaza situada frente a la biblioteca, con la última letra del abecedario: la z. De esta forma, el autor nos invita a reflexionar sobre la fuerza de las letras a lo largo de la historia, relacionando la “historia” (fortaleza) con el “futuro” (biblioteca).

Por otro lado, la obra Espacios de pensamiento es un lugar de encuentro, de reflexión, de diálogo. Consiste en una casa nómada en cuyo interior hay una mesa y dos sillas, una clara invitación a sentarse para conversar, debatir o compartir. El autor la define así: “es una especie de cobijo, donde puedes ir a descansar, a comunicarte con el otro, contigo mismo y él con nosotros. Un espacio interfronterizo, porque está hecho para ser transportado”. “Hay que entender el arte artístico, su parte estética, su forma, sus medios, colores, lo que realmente quiere transmitir”, explica.

La práctica y la poética de Calero se desarrollan en torno a dos espacios: el lado exterior y el interior. “El interior suelen ser obras que se centran más en esas reflexiones de nosotros mismos, y el exterior son obras que hacen referencia a espacios naturales, territorios y lugares concretos”, explica el artista. Denominado por algunos intelectuales “el poeta del tiempo”, Calero asegura que si lo invitasen, volvería a Jaén para ofrecer ese enigma que los espectadores deben descifrar al ver cada una de sus obras. Trabajos que van mucho más allá de la decoración o la ambientación, que llegan a convertirse en testigos de acontecimientos que sucedieron en el tiempo.