Premios que saben a oro

Éxito, una palabra ansiada por muchos pero que solo son capaces de conseguir unos pocos. Un término que aporta felicidad, que a su vez, es como se podría definir a Alberto Fasán, “feliz”. El diseñador cazorleño, que no deja de sumar triunfos gracias a sus colecciones. ¿El último? La Medalla de Oro en reconocimiento a su trayectoria profesional en el mundo de la moda, que otorga la Asociación Española de Profesionales de la Imagen en el prestigioso Hotel Westin Palace y que cumple un nuevo sueño para Fasán. “Estoy muy orgulloso por todo lo que he conseguido en estos años, pero sobre todo me siento muy agradecido por el inmenso apoyo y el cariño de mis familiares y amigos, que son los que hacen que yo pueda estar cumpliendo todos mis sueños y a los que le dedico cada uno de mis triunfos”.

Un reconocimiento que se le concede junto con otros compañeros, como la onubense Manuela Macías, reconocida diseñadora de moda flamenca, por parte de un jurado que cuenta con profesionales de alta costura de la talla de Petro Valverde, en una gala que como el propio Fasán define: “Fue muy amena y la recordaré siempre”, clausurada con la cena de gala que compartió con algunos de los mejores diseñadores de todo el país. En el caso del jiennense, que se encuentra inmerso en la preparación de varios proyectos, esta medalla se suma a otros reconocimientos como los Premios Nacionales de la Moda a la Excelencia Empresarial 2018 (Prenamo) o el Dedal de Oro, que además ha conseguido en muy pocos años, pero sus modelos hablan por sí mismos. Como buen diseñador que aún saborea el último de sus triunfos, unas horas más tarde ya estaba en el Museo del Traje, al cual estaba invitado como asistentes y que seguro aprovechó para tomar nuevas ideas que lo inspiren en sus próximos proyectos.

Pero el éxito, al menos en el caso del diseñador, viene acompañado de otro término que, para él es clave, el trabajo. “Premios como este, que merecen tanto respeto, me animan a seguir luchando y a no dejar de trabajar en la moda, mi gran pasión”. Porque Alberto Fasán no ha hecho más que llegar, y muestra de ello son todos los sueños que le quedan por cumplir: “Solo estoy arrancando motores para poder despegar”, asegura.