Poesía que arde en llamas
Alberto Conejero presenta su primer poemario, Si descubres un incendio
El dramaturgo vilchén Alberto Conejero, ganador de los Premios Max de las Artes Escénicas a la mejor creación original de este año por su obra La piedra oscura, presentó en Madrid su primer poemario, Si descubres un incendio, que vio la luz a manos de la editorial La Bella Varsovia. En el acto lo acompañaron la editora Elena Medel y el poeta y periodista Antonio Lucas, autor del prólogo. Pablo Messiez y Consuelo Trujillo pusieron voz a los versos de Conejero, que también recitó un fragmento de su propia obra.
Casi doscientas personas acudieron para ver y escuchar al escritor. “Algo excepcional”, según él, que le da “esperanza y emociona”. En su poemario, Conejero desgrana los sentimientos que forjan a las personas, el descubrimiento de la identidad y de las llamas, lumbres y bengalas del amor que terminan siendo sombra y ceniza del pasado, en un viaje desde la oscuridad hacia la luz.
“Siento que he regresado a casa”, afirma el escritor, ya que fue la poesía lo que despertó en él la vocación de dramaturgo cuando era adolescente y en este género encuentra el modo de “enclavijarse” a este mundo. Desde entonces, según describe con sus palabras, siempre que estrena o publica un texto teatral piensa que está cuidando ese fuego. “Pero hace dos años la vida se desordenó tanto que acabó convertida en algo extraño, de esa confusión nace Si descubres un incendio”.
inspiración. El reconocido escritor y poeta Federico García Lorca fue una gran fuente de inspiración para la galardonada obra La Piedra Oscura. Sin embargo, Conejero declara que sus versos están más cerca del estilo de Luis Cernuda, Idea Vilariño, Lorenzo Oliván o Gloria Fuertes.
El autor opina sobre las diferencias de escritura existentes entre el teatro y la poesía: “La voz del dramaturgo es una voz que duda, es siempre voz escindida, voz en dilema y misterio. En el poemario siento que el “nosotros” del teatro se convierte en un “tú y yo”. En los poemas hay un intento de devolver a la palabra su potencia simbólica, por colocar de nuevo lo humano al centro de la experiencia es un sistema utilitarista e inmisericorde”.
Conejero explica la razón de escober precisamente ese título: “¿Qué haces si descubres un incendio? Un incendio, claro, metafórico. ¿Qué hacer cuando la vida parece arder en todas direcciones? ¿Correr, enfrentarte al fuego? Quizá aprender de sus llamas, de lo que éstas iluminan. El poemario se abre con ese estupor y confusión, recoge las cenizas para luego atender a lo que el incendio descubre de nosotros”.
Los poemas de Alberto Conejero tomaron forma e intensidad durante la presentación de la obra a través de las pausadas y expresivas voces del dramaturgo Pablo Messiez, que leyó Estoy en el incendio y Al cielo abierto, y la poeta Consuelo Trujillo, con los versos de Insistencia en la Luz y Pronóstico. Cada uno de ellos recitó un fragmento del libro frente a la audiencia, que escuchó atenta cada palabra.
A pesar de la experiencia con las letras del dramaturgo, durante la creación de su obra tuvo momentos de incertidumbre sobre la continuación de cada página. Según él, cada poema “atiende primero a una revelación, a un asombro, y luego a su orfebrería”. “Confío tanto en el impulso sin domesticar como en una inmediata desconfianza que sirva para poner en crisis lo escrito, corregir y corregir, y luego pensar si aún merece la pena que otra persona gaste algo de su vida en su lectura. Si la respuesta es sí, el poema queda”.