Ovación por la Asociación de Ostomizados de Jaén

Iuventa organiza un concierto benéfico para las personas de la entidad

10 nov 2019 / 12:07 H.

La Banda Sinfónica de la Ciudad de Jaén ofreció ayer un concierto benéfico en el Teatro Darymelia en favor de la Asociación de Ostomizados de Jaén (AOJA), en el que hubo representantes del Ayuntamiento y Iuventa, precursor del espectáculo.

El concierto comenzó con un discurso de Isabel Jiménez, enfermera que ha estado al lado de la asociación desde que comenzara su andadura hace un año. Jiménez explicó la situación a la que se enfrentan los pacientes de la entidad. La enfermera habló para concienciar a los allí presentes de que una octomia es algo que le puede ocurrir a cualquiera. Además, hizo una llamada de atención para que la sociedad se de cuenta de que llevar una bolsa para poder evacuar no es ningún problema para hacer una vida normal. Durante la alocución previa al espectáculo musical, la enfermera quiso hacer ver a la sociedad que “no es nada fácil vivir con una octomía”, su experiencia con estos tratamientos es de catorce años y afirma que “una persona se enriquece mucho cuando está a lado de una persona que ha sufrido una operación de este tipo”.

Tras la narración, una fuerte ovación precedió al concierto de la Banda Sonfónica de la Ciudad de Jaén. Los aplausos no fueron menos cuando los compenentes de la banda terminaron su intervención.

La actuación musical fue una representación de la obra de Georges Bizet, Carmen, un relato de 1840 cuando el habla hispana se consideraba algo exótico. Esta es una ópera que se desarrolla en cuatro actos, pero que, en esta ocasión, fue adaptada por la Banda Sinfónica de la Ciudad de Jaén tanto en música como en personajes. La persona encargada de poner voz a Carmen, protagonista de la historia, fue Irene Mira Sánchez.

El relato que se pretendió narrar en el concierto benéfico en favor de la Asociación de Ostomizados de Jaén se desarrolla en la ciudad de Sevilla, donde Carmen, protagonista, es una mujer de raza gitana y trabajadora de una fabrica de cigarrillos, que tiene a todos enamorados. Esta se va con Don José y los contrabandistas. Durante ese tiempo, Carmen conoce a un torero, Camilo, en la taberna, personaje que les perseguirá hasta la sierra. Aquí, la joven se enamorará de él y olvidará a Don José, cansada ya de los celos de este último. Camilo invita a todos los contrabandistas a su próxima corrida de toros. Carmen, que entra junto al torero, es recibida por Don José, que le pide que vuelva y que se olvide de su nuevo amor. Este, al ser rechazado, hiere de muerte a Carmen, mientras Camilo triunfa en el ruedo.