José Nieto, un poeta de larga talla todavía por descubrir

José Nieto es uno de esos poetas que, como el buen vino, con el paso del tiempo se descubre su dimensión. Y, para ayudar en esa tarea, la Fundación Caja Rural ha editado, junto con Ginger Ape Books&Films, su obra póstuma, Poemas paralelos, un poemario que fue presentado en el Salón Mudéjar del Palacio Municipal de Cultura de Jaén. Al acto asistieron la concejal de Cultura, Francisca Molina, y personas vinculadas de una u otra forma al poeta jiennense, fallecido en 2005, como su sobrina Belén Nieto, el poeta y prologuista del libro Juan Manuel Molina Damiani, el biólogo y profesor de teatro Antonio Alfonso Jiménez y la representante de la Fundación Caja Rural de Jaén, Dolores Aguayo.

Belén Nieto, en su intervención, recordó sus vivencias con su tío, que fueron intensas y continuadas, hasta el punto de que influyó muy positivamente en su forma de ser. “Mi tío no tenía hijos, pero tenía cinco sobrinos a los que quería como si fueran sus propios hijos. A mí me dio una infancia como la que no han podido disfrutar muchos niños”, rememoró. También indicó que José Nieto era hombre de pocas palabras y evitaba, siempre que podía, hablar. Belén Nieto manifestó que podía tirarse horas y horas hablando de su tío, pero no sabía qué decir ante personas que no lo conocieron. Y puso este ejemplo: “Cuando falleció, en 2005, me vi en una situación parecida. Diario JAÉN me propuso escribir de él y para mí fue algo horrible, desde el punto de vista de la responsabilidad. Cogí el teléfono y marqué su número. Siempre marcaba su número cuando estaba en un apuro. El artículo lo titulé ‘Mi rey mago se llama Pepe’. Él nació el 6 de enero. Yo soy la mayor de sus cinco sobrino y cada día de Reyes nos hacía montones de regalos y libros. Era una persona muy generosa. Me ha regalado su tiempo y su atención. Creo que el regalo más grande que me ha hecho es la posibilidad de emoción cuando leo sus poemas”.

Por su parte, Juan Manuel Molina Damiani destacó que José Nieto fue un personaje enigmático, un autor que creció literariamente rompiendo con el oficialismo poético de su tiempo para terminar asumiendo descreídamente la condición de escritor de culto. También fue una persona “extraordinariamente discreta, aquietada en su intimidad, recluida en su timidez, desolada quizá por un desamparo innombrable”

Molina Damiani añade: “Nieto fue un hombre de vastísima cultura científica y artística, que conocía a fondo las obras de Rubén Darío, Juan Ramón y Antonio Machado, al que influyeron los poetas de la Generación del 27 y del realismo social de los cincuenta”.