“La fiebre creativa llega tras un conocimiento documentado”

Esas preguntas existenciales cómo “qué somos” y “de dónde venimos” han intentado ser respondidas en todas las civilizaciones con leyendas. Jorge Riet y Miguel Carini se lanzan a reinterpretarlas. Sus páginas son como una caja fuerte que esconde un tesoro construído de letras e ilustraciones a base de acuarela, tinta y paste. Al menos, esa es la sensación que sorprende al hojear El origen de los tiempos. Leyenda antigua de China, publicación de Algón Editores con textos de Jorge Riet e ilustraciones de Miguel Carini.

14 ene 2015 / 10:37 H.

Es la primera publicación que ve la luz de la que pretende ser una ambiciosa saga, como explica el artista argentino afincado en Granada desde 1999. Su “obsesión” es buscar en cada civilización, cada cultura, cómo se ha explicado el origen de los tiempos, cómo comenzó todo a través de las leyendas. Han empezado por China, un trabajo inédito que ha llamado la atención del Centro Cultural del gigante asiático en Madrid, donde presentarán, en pleno febrero, esta publicación. Y, después, vendrán más. De hecho, están manos a la obra en esa ingente labor de investigación que tienen detrás estas más de cien páginas, para la próxima. Cada palabra, cada renglón se refleja en la ilustración al tiempo que cada trazo lleva a las letras. Una simbiosis casi perfecta. 

—Para quien aún no haya tenido la oportunidad de tenerlo entre sus manos, ¿cómo explicaría qué es El origen de los tiempos. Leyenda antigua de China?
—En diciembre de 2013, me encontré con mi editor y, desde hace tiempo, nos obsesionaba una idea y no sabíamos cómo abordarla. Era adentrarnos en los orígenes del mundo de acuerdo con cada cultura. De esta forma, El origen de los tiempos, Leyenda antigua de China, es el principio de lo que suponemos una saga. En concreto, este es la síntesis de nueve leyendas chinas que hablan de la visión mitológica del origen, el vínculo de los dioses con los seres humanos y su progresión.

—¿Por qué China la primera?
—El autor de los textos eligió esta leyenda, sumamente bella, cargada de poesía visual. Podría decir que, de alguna manera, la elección fue arbitraria. En el próximo estamos con la idea de hacer el Génesis. Era solo el principio del camino y el libro que queríamos tener.

—Como ilustrador en este caso, ¿cómo es ese proceso en el que un texto llega a sus manos y comienza a darle vida?
—Es un reto fascinante. Ya he ilustrado varios libros, pero este fue diferente porque era necesario adentrarte en otra cultura, con una extensa documentación. Por ejemplo, cuando hace referencia al primer soberano amarillo, cuando se producen los avances fundamentales, mi idea fue que se refería al sol, pero no era así, sí un emperador. Nos obligó a estudiar cada detalle.

—Y también les obligó a alejarse del imaginario occidental.
—Exigía una mirada más amplía, porque es muy distinto a los conceptos que tenemos interiorizados. Fue un trabajo de documentación imprescindible para sintetizar la concreción del texto.

—¿Qué técnicas ha utilizado para estas ilustraciones?
—Se hizo con acuarela, gouache y tinta, como base, y todas están iluminadas con pastel. Es una novedad en mi trabajo y creo que el resultado cromático es bellísimo.

—Y si quieren lanzar la segunda parte de esta saga, estarán ya con este ingente trabajo de documentación y preparación.
—La idea es hacerlo, como decía, con la Génesis del Antiguo Testamento. Hacemos entrevistas para ver cómo lo concretamos, cómo se configurará. Son libros muy pensados antes de la ejecución. En realidad, cuando yo comienzo a pintar, es más una actividad frenética desde el punto de vista de la fiebre creativa, pero teniendo toda el conocimiento documentado ya incorporado. Hay muchas publicaciones sobre la Biblia, incluso ilustradas, pero del Génesis, no, por lo que sería innovador.

—Algo que ocurre también con El origen de los tiempos. Leyenda antigua china, ¿no?
—Tenemos una idea bastante certera de que no hay un antecedente de intentar comprender el origen de los tiempos a través de una leyenda china. De hecho, presentaremos el libro en el Centro Cultural de China en Madrid, en febrero, en coincidencia con el Año Nuevo chino. Ellos también estaban sorprendidos por poder encontrar estas leyendas en un solo un libro ilustrado.

—Junto con este proyecto, ¿qué trabajos tiene entre manos?
—Finalizo la exposición El poeta cara a cara con la luna, en Granada. Son monotipos que pretenden vincular la poesía de los autores iberoamericanos, con el grabado. Allí hay obras de Neruda, Galiano, Cortázar y Borges, entre otros.

—Lleva en Granada desde 1999 y siempre ha servido como puente entre los artistas de un lado y otro del Atlántico.
—Ese es mi sueño íntimo que yo llamo la construcción de un puente cultural entre Andalucía y América. Es una tarea que me apasiona y le dedico mucho tiempo.