Todo un clásico de “capa y espada”

Una alacena que comunica, secretamente, dos alcobas. Ahí estaba todo el juego de una de las comedias de “capa y espada”, de enredo, pero con un buen trasfondo filosófico del teatro español. La dama duende, de Pedro Calderón de la Barca, protagonizó una nueva velada del Festival de Otoño. Teatro clásico en mayúsculas, con un buen montaje, protagonizado por dos populares caras de las tablas y la pequeña pantalla: Diana Palazón y Chema León. Es este el último trabajo, que solo llegó a dirigir dos veces antes de su fallecimiento, Miguel Narros, una de las figuras más destacadas del teatro español del siglo XX.

25 oct 2014 / 08:59 H.


Chema León, Iván Hermes, Diana Palazón, Mona Martínez, Marcial Álvarez, Emilio Gómez, Eva Marciel, Paloma Montero y Antonio Escribano forman el reparto de esta versión del clásico de Pedro Víllora, estrenado en un escenario de lujo, más apropiado imposible, como Almagro. Para él, esta comedia de enredo con trasfondo filosófico intenta “equilibrar” en todo momento el vodevil y el peso filosófico del texto. Y es que, escrita en 1629, aborda asuntos como el intento de la mujer por hacer su vida o la importancia del azar y sus consecuencias.
Y dos mujeres, interpretadas por Diana Palazón y Mona Martínez, señora y criada, “manejan” la historia desde dentro de los aposentos de doña Ángela, la bella y joven viuda a la que sus hermanos quieren mantener alejada de los hombres y de la vida. Pero esa alacena, difícil les pone la tarea.
Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) ya era un autor reconocido cuando en 1629 estrena tres obras, Casa con dos puertas mala es de guardar, El príncipe constante y La dama duende, que señalan una madurez creativa que alcanzará su culminación con La vida es sueño. En La dama duende, se aventura por un género iniciado por otros pero aún poco transitado por él: la comedia de capa y espada.
Esta adaptación es respetuosa con las ideas de arrojo y comicidad que emanan de un texto igualmente respetado, aunque reducido. Se hizo teniendo presentes no solo la versión del estreno de 1629 publicada en Madrid en 1636, sino otra publicada ese mismo año en Zaragoza y Valencia, menos conocida, cuya tercera y última jornada muestra notables variaciones.