La mujer es teatro en Quesada

A Francis Cifuentes, el don de escribir se lo dieron las mujeres, que en su infancia, relata este joven poeta del municipio de Quesada, le enseñaron las tradiciones de su tierra y una forma de vivir que, para Cifuentes, no es capaz de llegar a experimentar y, por ende, transmitir ningún hombre. Por eso, este poeta novel y escritor todoterreno quesadeño ha basado sus dos obras de teatro en torno a una o varias figuras femeninas. “La mujer tiene muchísimas cosas que contar sobre un escenario”, sentencia.

21 ago 2014 / 09:56 H.


Primero fue el turno de “Madres”, una obra teatral con claras referencias lorquianas, que Cifuentes estrenó, en 2013, en su municipio natal, Quesada, y en la que se representan distintas vivencias personales de diferentes mujeres. Y este año toca el turno de “Isabel, Isabelilla, Isabelona”, una creación que el poeta novel estrenó en la Casa de la Cultura de su pueblo y que cosechó una gran acogida por parte del público quesadeño, que sabe que en Francis tiene artista para rato.

En “Isabel, Isabelilla, Isabelona” el autor vuelve a presentar la historia de una mujer, aunque en esta ocasión lo hace con un estilo “más personal” y dejando a un lado a su “admirado” Federico García Lorca. Por eso, al contrario que en “Madres”, ha querido crear una historia de principio a fin, que comparte un hilo conductor durante toda la obra. En esta ocasión la protagonista es Isabel, una joven que se ve inmersa en una historia de amor y desamor, en la que viaja, según relata Cifuentes, desde “la más pura felicidad a la más profunda tristeza”. “En esta obra he querido crear una historia que comparta un hilo argumental. Al principio, Isabel vive el amor más puro y más sentimental, se casa con el que era su novio y tienen un hijo. Pero después llegan los momentos más trágicos”, desvela Cifuentes, antes de estrenar su obra.

Y a pesar de ser un autor novel, que cuenta con tan solo veintipocos años, Cifuentes impone, poco a poco, sobre los escenarios y sobre los papeles, un estilo particular en el que la mujer es protagonista, junto con las tradiciones más castizas y características de Andalucía. Así, las obras de este quesadeño también se caracterizan por sonar en ellas los ritmos propios de la región: el flamenco, que en esta ocasión es “vital” para la obra. “El flamenco, el sonido de la guitarra o de los tacones gitanos al bailar es la mejor forma de describir el ambiente desgarrador que se vive en la obra. Es la queja perfecta, que ilustra de la mejor forma la vida y la muerte”, apunta Francis Cifuentes, quien, además, incorpora a su teatro piezas como el Requiem de Mozart o el tema “Ne me quitte pas”, de Jacques Brel e interpretado en “Isabel, Isabelilla, Isabelona” por la cantante Silvia Pérez Cruz.

Tras su estreno en la Casa de la Cultura de Quesada, Francis Cifuentes espera llevar su teatro a los demás pueblos de la provincia y llegar a Granada. Unas expectativas que, si se lo propone, cumplirá con creces y que le llevarán a compartir el tiempo de teatro con el de la poesía, ya que Cifuentes se encuentra en la preparación de su primer poemario, que se publicará en los últimos meses de este año. “Después de hacer teatro, que es muy difícil, quiero centrarme en la poesía”, dice.