José López: “Decidí escribir para así acabar con la soledad”

—¿Por qué decidió que iba a dedicar su tiempo a escribir?
—Me considero un buen lector, pero a ser escritor he llegado por accidente o por necesidad, o porque la vida es así de puta. Si no estuviera así, como he quedado después de dos operaciones de sendos neurinomas de los nervios auditivo-vestibulares, que me han dejado sordo y muy tocado en otras facultades, quizás no se me habría ocurrido ponerme a escribir.

12 ago 2014 / 22:00 H.

Adopté la escritura como un recurso para acabar con la soledad y la sensación de impotencia que le queda a uno cuando pierde de forma irremediable tantas cosas que formaban parte de la esencia de su vida. He tenido que dar un vuelco a mi vida. Ahora no tengo nada de eso, solo a mi familia, mis amigos más íntimos, mi ordenador y la vida en ficción de mis personajes, que me transmiten la ilusión que necesito para flotar.

—¿Cómo ha sido el camino hasta ver tan cerca de publicarse su primer trabajo?
—Para un autor novel es muy difícil. Cuando has invertido tanto tiempo y has puesto tanto tuyo, al final sucumbes a la idea de publicarla. La familia me animó y mi hija tomó las riendas. Yo no quiero poner su valor en las respuestas de las grandes editoriales, porque todos sabemos que en estos tiempos de crisis ellas apuestan sobre seguro en autores ya consagrados y ni se paran a analizar la producción de un novel. Recibimos varias ofertas de publicación de editoriales menores que me ponían unas condiciones imposibles de aceptar. Incluso, hubo negociaciones con una editorial de Jaén que no llegaron a cuajar. Y estaba decidido a guardarla en el cajón cuando me llegó la propuesta de la editorial “Ahlulia”, una editorial sencilla, pero con gente que ha sabido apreciar los valores de la novela y confiar en ella.

—¿Por qué “Del desamparo a la esperanza” no se encasilla en ningún género literario ?
—La novela tiene mi propio estilo. El género de esta es lo que no tengo claro. Cuando me lo han preguntado mis amigos, siempre he tratado de definirla por lo que no es, y acabo concluyendo que es una novela de sentimientos; no sentimental, por las connotaciones que tiene esa palabra con romántica. Una verdadera sinfonía de sentimientos que igual puede hacerte reír, que enfurecerte con las reacciones de algunos personajes, que llorar, como mi mujer, en algunos pasajes; esto depende de la sensibilidad de cada cual. Pero que espero que llegue al gran público.

—¿Su profesión de profesor le ha servido a la hora de escribir?
—La educación, que ha sido siempre mi verdadera vocación, tiene sus interferencias positivas a la hora de escribir. Yo he sido primero maestro y luego psicopedagogo. Empecé escribiendo en la escuela pequeños autos teatrales, que solo tenían la intención de hacer participar a mis alumnos. Aprendí a ser mejor educador cuando estudié Psicología y creo que a la hora de escribir esta novela me ha servido bastanet para analizar y dar congruencia a los personajes que he creado.

—¿Qué podemos encontrar en “Del desamparo a la esperanza”?
—Nada que ver con la educación, aunque desde los valores que transmite se podría considerar que está relacionada. Al principio, cuando empecé a escribir, no había intencionalidad de hacer una novela. Luego ideé una trama que fue consumiendo muchas horas de esas que yo precisaba llenar, hasta que me di cuenta, por el volumen de lo escrito, que todo no cabe en una novela. Entonces vino la etapa más difícil: recortar sin perder la congruencia. Al final, he conseguido una trama que creo que tiene valores para atrapar al lector que empiece a leerla. No soy el más indicado para decirlo, pero si tengo que hacer caso de los que la han leído, sé que gusta.

—¿Y ahora qué espera?
—Creo que, con una adecuada promoción, la novela podría llegar lejos, y eso es lo que espero de la editorial. Pero, sobre todo, que empiece a funcionar el boca a boca, porque la mayoría de las personas que la lean podrían estar dispuestas a recomendarla a otras. Es la novela que a mí me hubiera gustado leer de no haberla escrito yo.