Karina: “Cerraré mi última gira en Jaén en 2015”

“Queridos amigos, os anuncio mi despedida de los escenarios. Con esta gira, quiero recorrer España y América y poder despedirme de todos y deciros gracias. No tengo palabras para expresar mi inmensa gratitud y por eso quiero hacer esta gira, para agradeceros tanto cariño de la manera que mejor sé, que es cantando.  Pero no digo adiós, digo hasta siempre”. Con una carta abierta, Karina anunciaba hace unos meses que se retira de los escenarios y lo hará con una gira, una antología de una vida entregada a la música.  

17 abr 2014 / 22:00 H.


—Quizá sea esta una de las giras más especiales de su carrera.
—Ya llevo 52 años dentro de la música y ahora, que estoy en plenas facultades, es el momento. Yo quiero despedirme de la gente, de todo el mundo que me ha dado su cariño, pero no quería irme en silencio, si no dando “jaleíllo”.  
—Son muchas fechas por delante, no solo en España, si no también en América.
—Sí, en México. En España, va bien por el momento, a pesar de la situación que estamos pasando, que no es la más agradable, aun así, la reacción ha sido muy buena, por parte de la gente y los empresarios. No me puedo quejar.
—Y lo hará con fuerzas, con un espectáculo muy personal.
—Hemos montado un espectáculo que yo creo que es muy sencillo y directo para mi público, para la gente de aquella época, aunque  los más jóvenes que tengan a bien venir también lo disfrutarán, porque hemos hecho unos arreglos muy frescos, con un sonido que recuerda a The Beatles.  
—Lo ha titulado No digo adiós, os digo hasta siempre. ¿Las canciones son las que quedarán?
—De esa manera me despido, porque para siempre quedarán las canciones. Al igual que los boleros que yo escuchaba de pequeña o las coplas que cantaba mi madre, no pasan nunca. Las canciones que llegan al gran público, no pasan nunca de moda. Siempre, siempre, siempre estarán ahí y las cantarán, como El baúl, y formarán parte de la alegría de la gente, que es muy hermoso.  
—Después de cincuenta años en la profesión, el baúl debe estar cargadísimo de recuerdos. ¿Con cuál se quedaría?
—No puedo, es imposible quedarme con uno porque hay muchos, muy brillantes y muy bonitos. Eurovisión, por ejemplo, fue un momento compartido con mucha gente, con todo el país, porque en aquella época solo había una televisión. También he tenido giras americanas muy hermosas. No lo sé, no puedo elegir.  
—¿Y ha quedado alguna por hacer, la espinita clavada de algún proyecto sin realizar?
—Han quedado muchos, quizá porque no ha habido tiempo o porque no ha coincidido el momento oportuno. Por ejemplo, se me queda la espinita clavada de poder realizar una comedia musical en el teatro o en la cine, como Sonrisas y lágrimas, me  hubiera gustado hacer de Froilán María.  
—Y esta gira, tendrá un final muy especial. ¿No es así?
—El proyecto llegó a oídos del Nuevo Teatro Infanta Leonor y tras conversaciones, efectivamente, el cierre de gira, en vez de ser en Madrid, va a ser en Jaén. Tardaré todavía un año o año y medio, pero mi deseo es ese. Dejar allí ese No digo adiós, os digo hasta siempre.
—Sería para 2015, ¿no?
—Calculo que, más o menos, para  otoño de 2015, en noviembre o cerca de Navidad, no antes.
—¿Qué siente al terminar un concierto al despedirse del público de cada ciudad?
—Es un sentimiento parecido al del guerrero, lo que se dice de que una retirada a tiempo es una victoria. Es un momento alegre y victorioso, aunque suene un poco prepotente. Es la alegría por haber podido presentar un espectáculo sencillo como este, como yo creo que soy, donde la gente participa y se emociona y sin lugar a la tristeza.   
—¿Echará de menos los escenarios, el día a día de la profesión, tras más de medio siglo?
—No creo. Este trabajo es muy inestable, de pronto pasan meses sin poder descansar ni un día a etapas en los hay cuatro o cinco meses sin nada. Además, este mundo es agotador, tienes que estar al cien por cien y, cuando una tiene ya una edad, lo que más apetece es disfrutar más de la vida, de mis hijas, de mi nieto, que es un primor de niño, y los que posiblemente puedan llegar. Mi vida está llena y, aunque se eche de menos una vida activa, ha llegado el momento de descansar y también disfrutar.  
—Y venir más a Jaén, ¿no?
—Sí y no. Siempre que voy me recargo de energía y fuerza pero ya también me faltan mis padres y volver supone un sabor agridulce. Son muchos recuerdos de mi más tierna niñez, del Jaén de los años 50, aquel Jaén pequeño. Hay muchas cosas que no están y me producen cierta tristeza y nostalgia y no quiero, quiero que los recuerdos sean alegres, aunque siempre hay una visita  a El Abuelo y a la Virgen de la Capilla.