Esclavos de la risa y el aplauso

Nueve agrupaciones se citan en la segunda semifinal para conseguir un puesto en la final

27 feb 2017 / 11:21 H.

Alea iacta est”, que dirían los romanos. Las dieciséis agrupaciones carnavalescas, en los dos días de semifinales, dieron lo mejor de sí y deleitaron al público del Darymelia con sus ingeniosas letrillas, el ritmo pegadizo de sus canciones y actuaciones que permanecerán, en muchos casos, en el recuerdo de los amantes de esta festividad.

Tras las siete primeras actuaciones del sábado, ayer fue el turno de otras nueve. Abrió el fuego la chirigota “Los enchufaos”, llegados desde Bailén, ataviados de mayordomos, como ellos mismos se declaran, “especialistas en el amor”. La segunda chirigota en saltar al escenario del Darymelia fue “Los Várgame”, pasadas las siete. Es la única formación que llega de Jamilena en el Carnaval 2017, y lo hizo con ganas de agradar y hacer feliz al público. A continuación fue el turno de la primera del triunvirato de comparsas en liza. “La cosa nostra”, de la capital del Santo Reino, que vinieron de dejar un buen sabor de boca en la ciudad de Martos.

Conforme el espectáculo avanzaba, el público se entregaba más y más al Carnaval. Las agrupaciones lo notaban y la emoción crecía, pues estaba en juego una plaza en la final de mañana. A las ocho y media fue el turno de la torrecampeña “Mándame la ubicación que me he perdío que sin querer ya le he metío”, cuyo particular nombre, ya de por sí, generaba carcajadas previas entre el respetable, agudizadas con la puesta en escena y las particulares letrillas de esta agrupación. Tras esta le tocó a “Los niños de la Verónica”, de Lopera, que causaron una grata sensación, por su dinamismo. “Made in Bla Bla Car”, de Jaén”, fue la sexta formación en salir al escenario y la quinta chirigota de la noche. Por supuesto, en esta, tuvo cabida la historia surgida a raíz de esta moderna forma de desplazarse.

Bien entrada la noche, y sin que el cansancio hiciese acto de presencia a pesar de lo avanzado de la cita, saltó al teatro Darymelia la comparsa “La oscura riqueza”, de Andújar, con letra de Alberto Domínguez Gómez y Francisco Javier Sánchez Ruiz y música de Manuel Otero. Y aquí acabó el protagonismo jiennense. La última chirigota de la noche fue “Los defectos especiales”, de Armilla (Granada), que asombraron por su buen hacer sobre las tablas y lo sorprendente de sus letras. Un gran descubrimiento para muchos. Pasada la medianoche llegó la última comparsa, la encargada de cerrar las semifinales del presente Carnaval. “La compañía”, procedente de la capital nazarí, también agradó al respetable del Darymelia.

Y llegó el momento decisivo. El jurado se retiró a deliberar, pasadas las doce y media de la madrugada —por lo que, al cierre de la presente edición, aún no se habían comunicado las ocho agrupaciones que pasan a la final—. Sea cual sea el veredicto último, todas las chirigotas y comparsas hicieron pasar un gran rato de risas a los jiennenses. Y, al final y al cabo, reírse es el “leitmotiv” de esta festividad.

“el rey de la pista”

Bendita suerte la mía de haber vivido distinto, de haber jugado en la calle, en la plaza, en el parque a fútbol, a esconder o a pillar; yo me iba al colegio andando de la mano de mi hermano por el camino charlaba y él me contaba lo que se tenía que estudiar, y si había muchos deberes, mi mamá no pensó en ponerse en huelga, ella sentada conmigo, justo después de comer, cargada de paciencia, luego a jugar a los playmobil o hacer un puzzle de muchas piezas: espero ansioso a mi padre y que me pregunte cómo ha ido la escuela, pero eso pasó, ya no hay nada que hacer y el perdedor es ese niño que no sabe divertirse, sin jugar en el ordenador o sin tener un smartphone, ese que a sus padres le estorba y por las tardes lo apunta a “to”, tú juega con él y disfruta de tu hijo, estudia con él y guíalo desde el cariño, que verlo crecer es solo una vez y no va a volver, nunca más a ser un niño.

“con destino”

Va a comenzar la batalla de coplas, y hay muchos barquitos surcando las olas. Si quieren los vientos, que me lleven hacia el sur, que yo sé que en puerto me esperás tú.

Que se paren los motores, echen anclas, marineros, que he llegado a mi destino, a cantarte por febrero. Que este barco tan bonito, lleva el nombre de comparsa y capea los temporales, a compás de bombo y caja.

Allá por septiembre le conté, a mi marecita buena que yo quise embarcarme, como tripulante, de esa nave tan coplera. Me besó la mano y rezó, a su forma y a su manera: “Que la Virgen del Carmen te ampare y de hundirte te proteja”.

Cañones preparados, con piropos y te quieros, cañones preparados, papelillos y plumeros, cañonen preparados por si atacan mi velero, ¡que se paren los motores!, ¡echen anclas marineros!, que he llegado a mi destino a cantarte por febrero.