Energía positiva con Salvador Beltrán

La música lo es todo y significa encontrarme a mí mismo”. A sus veinticinco años, Salvador Beltrán lo tiene claro. Este joven cantante, compositor y guitarrista llegó desde El Prat de Llobregat (Barcelona) hasta Huesa con un buen puñado de canciones. El Jardín Municipal fue testigo de un concierto cercano, intimista, lleno de buenas sensaciones que despertaron, sin duda alguna, las emociones de casi medio millar de personas.

Entre las letras que eligió estuvieron No intentes amarrarme, como primer “single” de su segundo disco Reflejos en mi camino. En formato, cercano y en acústico el artista se convirtió en el protagonista de decenas de jóvenes que no dudaron en acercarse para disfrutar de la música del que fue aspirante a Eurovisión. El concierto, organizado por Cadena Ser Jaén y el Ayuntamiento de Huesa, fue todo un cúmulo de sentimiento en el que los asistentes no dudaron en cantar y acompañar al artista con las letras de sus temas de Reflejos en mi camino. Con su segundo álbum de estudio y guitarra en mano se metió desde el primer momento al público en el bolsillo y fue una demostración “total y absoluta” del gran salto que ha alcanzado en todos los sentidos: letras, música y forma de interpretar distintas que superaron una dimensión mucho más amplia y llena de matices que en su primer álbum, con el que irrumpió con el aval de Alejandro Sanz. El artista, afincado en Madrid, ofreció un concierto plagado de grandes canciones y mostró, una vez más, una clara progresión en su personalidad artística como autor y compositor.

Asimismo el cantante presentó en directo su último gran éxito. Días de Alegría, canción que le llevó a ser candidata al programa Objetivo Eurovisión , y una de las letras más aplaudidas con las que Salvador Beltrán conquistó a mayores y pequeños. Estos últimos se subieron al escenario para cantar junto al artista una de las canciones que le recordaba a su niñez. Se mostró cercano y ofreció un concierto muy participativo. Como anécdota de la noche fue la rotura de una de las cuerdas de su guitarra, que afrontó con naturalidad. Ese optimismo y fuerza fue los que derrochó en Huesa.