El territorio como pilar para impulsar el arte literario

Salvador Compán y Miguel Pasquau participan en la charla inicial de la iniciativa “Daza en la memoria”

25 abr 2019 / 17:32 H.

La fecha no podía haberse elegido con mayor acierto. Jaén, como el resto del mundo y en mitad de un día ceniciento, inestable y ciertamente ingrato, celebraba su particular Día del Libro. Lo hacía a través de diversas actividades, todas ellas merecedoras de aplauso por el siemple hecho de dar aliento al universo de la bibliofilia, pero ninguna comparable, de seguro, a la que tuvo lugar por la tarde en la Capilla del Antiguo Hospital San Juan de Dios, sede del Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación de Jaén.

Era el día de El Quijote, de Lepprince, de Javier Egea, de Max Estrella y de Unamuno, pero también de “El ayer no es malo, pero el mañana es mío”, de su autor, el ubetense Salvador Compán, de otro escritor nacido en el mismo suelo, Miguel Pasquau, y de su “Casa Luna”. Lo era de la plataforma LEA Lectura Abierta y de su proyecto de lectura transmedia “Daza en la memoria”.

Tomando como referencia la conexión entre la literatura y el territorio —aspecto presente en las mencionadas obras—, LEA Lectura Abierta, con la colaboración del Instituto de Estudios Giennenses, organizó una charla que tuvo a Compán y Pasquau como protagonistas. La directora de la plataforma, Luisana Rodríguez, explicó el concepto de lectura transmedia, que basa en la creación de un club de lectura virtual aprovechando las posibilidades que ofrecen las redes sociales. Eso es lo que se pretende con “Daza en la memoria”, que toma su nombre de la ciudad que aparece en la última novela de Compán —un acrónimo de Úbeda y Baeza—. Tras ello, Gonzalo Pascual, miembro de LEA Lectura Abierta, fue el encargado de dirigir la charla, que fue la primera actividad de otras que se celebrarán más adelante. Sus preguntas fueron sucediéndose con el disfraz de la indefensión puesto, pero con el objetivo de rasgar la coraza de la que los escritores se sirven para ocultar aquella parte de su esencia que se reservan antes de dar salida —durante un pasional trance— a sus inquietudes, a sus miedos, a sus secretos, a sus esperanzas. Hablaron sobre la identidad jiennense, el patrimonio de Úbeda y Baeza, la figura Rafael Zabaleta y, en definitiva, de innovación literaria, tan necesaria para mantener vivo el arte de la escritura.