El poderoso monólogo de una mujer casada con Dios

Preestreno en Torredonjimeno de Santa Teresa de Jesús, de Teresa Viedma, dirigida por Luisje Moyano

20 mar 2017 / 11:36 H.

Ávila vio nacer a Santa Teresa de Jesús en 1515, y medio milenio después llegó el apogeo de creaciones artísticas y académicas de la que fuera mística y escritora española. Estos nuevos trabajos surgidos tras la efeméride se suman a lo ya existentes sobre la religiosa, como el excepcional óleo, de autoría anónima, pero copiado magistralmente por José de Ribera que se puede ver en el Museo del Prado. Son muchos, pues, los curiosos que han querido indagar y crear productos culturales alrededor de la vida de Santa Teresa. Es el caso de Teresa Viedma, quien se preestrena como dramaturga con una obra teatral en forma de monólogo que le ha permitido adentrarse en la figura de su tocaya. Por tanto, una protagonista de “altura” para su preestreno teatral, y que numerosos tosirianos y otros curiosos jiennenses pudieron ver en el teatro Miguel Anguita de Torredonjimeno. Esta fue llevada a escena por el director Luisje Moyano e interpretada por Marta García Ruiz.

Reconoce Viedma que el teatro ha sido uno de sus grandes pasiones y que siempre que puede se desplaza a ciudades como Sevilla, Granada o la propia Jaén para ver una buena obra. En el personaje de Santa Teresa —interpretado con decisión y sutileza por García— hay mucho de la potente y fuerte Lola Herrera que, cuando la también novelista tenía catorce años, pudo disfrutar sobre un escenario en Cinco horas con Mario. La obra de Miguel Delibes, precisamente, también está construida como un monólogo, por lo que hay bastante del personaje de Herrera en la interpretación de Santa Teresa que se pudo disfrutar en Torredonjimeno: “Mi objetivo era que no aburriese. Si yo pude disfrutar, a una edad tan joven, de un monólogo como el de Herrera, quiero creer que he creado un personaje con el que los espectadores tampoco se aburrirán”, asegura Viedma. Una enamorada, pues, del teatro, con una formación lectora a sus espaldas respetable, desde Miguel Mihura hasta William Shakespeare, y que tiene claro que seguirá con la escritura teatral.

Asimismo Viedma —autodeclarada feminista—, impregna esta característica a su personaje, pues piensa que la religiosa, al ser siempre tan valerosa y mostrarse tan rebelde y valiente en pleno siglo XVI —en el que la sociedad era insultantemente patriarcal— pudo ser una de las primeras feministas. El empoderamiento de esta, pues, es una de las cualidades que hace que Viedma haya adquirido mucho respeto y cierta admiración por la religiosa: “He aprendido que Santa Teresa habla del amor sin parar. Se trata de un amor casi carnal, ella necesitaba llegar a Dios y la única forma que tenía para llegar a él era muriéndose”, explica la dramaturga.

Por su parte, Moyano ha abandonado su idiosincrasia natural creadora, pues las obras que dirige suelen caracterizarse por el surrealismo de sus tramas. Lo antagónico se muestra en este monólogo teatral, de un gran cariz realista. Por lo tanto, de la mano de Santa Teresa no aparecen arañas como en el El perro andaluz de sus amados Dalí y Buñuel. Más bien, la obra tiene más que ver con Yerma, de Federico García Lorca, con la que Moyano trabajó en su proyecto final de carrera y que, además de tomar un tono realista, la caracteriza una mujer de carácter poderoso, como en Santa Teresa de Jesús. “Para mí ha sido un reto, pero estoy muy contento con el resultado final. Es una de las historias más complejas que he dirigido”, dice.

También quedó maravillada por la “luz” de Santa Teresa —tanto en su faceta divina como en la mundana—, García. Tenía muchas ganas de salir al escenario y poder ver la reaccción de la gente de una personaje que la ha cautivado: “Memorizar este texto y entender a Teresa desde dentro ha sido un camino duro pero, a la vez, muy gratificante”, afirma.