El lago de los cisnes sobre la pasarela

La galduriense Cristina Granero lanza una firma con las plumas como distintivo

20 oct 2016 / 11:21 H.

Es el ballet más célebre de todos los tiempos y la fuente de inspiración en la presentación del nuevo proyecto de Cristina Granero. Una vez más, la moda y la música se entrelazan en su trabajo, esta vez, con un guiño a otra de sus grandes pasiones, la danza. La diseñadora y flautista de Jódar acaba de lanzar una nueva firma de moda, Piumarela, “pret a porter” con la pluma como protagonista en todas sus prendas.

De pequeña, recuerda, hacía ballet y soñaba con ser bailarina. Interpretaría, algún día, El lago de los cisnes. “Cuando comencé a trabajar en la primera colección de Piumarela, recordé el cisne negro y el blanco. Siempre había relacionado las plumas con sus trajes y me parecía un buen punto de partida”, recuerda la diseñadora. “Todo lo que hago para las pasarelas está inspirado en mis pasiones, como la primera colección de moda flamenca, Zambra barroca, en la música, y la segunda, Herbario de sueños, en la poesía de Lorca”, explica. Así empezó a trabajar en los diseños que se pudieron ver, por primera vez, en dos pasarelas de Sevilla: Code 41 Trending Day y la Mercedes-Benz Fashion Weekend.

“Siempre me había gustado la pluma como material y ya la había utilizado en alguna ocasión. Es un elemento que aporta mucho a la prenda”, explica. “La pluma, hasta ahora, estaba relegada a la alta costura, tocados y vestidos de fiesta y, con Piumarela, presentamos a “pret porter”, prendas elegantes y versátiles para cualquier ocasión”, añade.

¿Y cómo lo ha hecho? “Esta es una colección con una gama cromática que representa la transformación del cisne negro en cisne blanco. Los primeros vestidos que presentamos son negros que se van degradando en grises; después, azul, lila, rojo hasta llegar al blanco, que cierra”, detalla. En el desfile, llamó mucho la atención, recuerda, que todas las modelos llevasen zapatillas de ballet y, sobre todo, que las plumas se puedan utilizar en prendas muy ponibles, sin recurrir a la alta costura, pero sin renunciar al glamour. Son vestidos midi, con transparencias, muy femeninos. También sorprendió la puesta en escena y gran parte de la “culpa” la tuvo la “otra” vida de Cristina Granero. “Me gusta utilizar música clásica en los desfiles, algo poco habitual, pero viniendo yo de ahí no podría ser de otra forma”, cuenta.

Todo el camino que existe detrás de cada uno de estos vestidos es extenso y costoso, precisamente, por este material que los distingue. “Las plumas son naturales y requieren de un largo proceso, desde secarlas y limpiarlas, a teñirlas, cortarlas, coserlas. Necesitan mucho tratamiento”, explica la diseñadora. Pero en este sentido hace una puntualización: “En todo el proceso se respeta el medio ambiente y el bienestar de los animales”. “No se sacrifica ave alguna con el fin de aprovechar las plumas. Estas se recogen bien porque se les han caído a animales vivos o porque provienen de granjas destinadas al consumo humano, plumas que, de otra manera, acabarían en la basura”, destaca. Estas provienen de varias especies, como la oca, el avestruz, el gallo y el pavo. “Queremos que quede muy claro que los animales no sufren en ningún momento”, insiste la diseñadora.

Ahora, Piumarela, esta aventura en la que Cristina Granero es la directora creativa —tiene cuatro socios, profesionales de otros campos— está en plena fase de promoción. Ahora solo les queda “vender mucho”, ríe la diseñadora, y están trabajando para desfilar en más pasarelas, preparar el lanzamiento internacional e idear nuevas colecciones. Lo hacen desde Barcelona, ciudad en la que reside la galduriense y nació la firma.

Mientras tanto, continúa su camino como concertista y profesora de música y prepara la próxima colección de moda flamenca, que presentará, como adelanta, en Granada, en el marco de Andalucía Crea Moda, en el mes de abril.