El lagarto que conquista corazones

La compañía Vientos del Tiempo recrea la leyenda más conocida de la ciudad

18 dic 2017 / 09:22 H.

E l alcalde de la ciudad de Jaén tuvo que regresar del siglo XVII para recordar a todos los habitantes de la capital una leyenda que los define. Una misteriosa historia que volvió a tener vida gracias a la compañía Vientos del Tiempo. Una aventura que hizo recordar a los más mayores que ya la conocían algunas de sus raíces y aprender, en el caso de los más pequeños, uno de los acontecimientos más famosas que se dieron cita en la ciudad allá por el año 1618.

Según el mito, en una cueva junto a la fuente de la Magdalena apareció un lagarto de grandes dimensiones que causaba terror en las vidas tranquilas de los vecinos y se comía a todo aquel que se dignaba a ir a por agua o paseaba con las ovejas. Los vecinos de la Magdalena, atemorizados por el terror que causaba este infernal animal, no se atrevían a pasar por esa zona, hasta que decidieron hacerle frente a unos problemas que no les dejaba vivir. Esto es lo que el narrador de la historia, personificado en Manuel Bueno, contó a todos los asistentes a la carrera, mientras que sus compañeros de función recreaban a las asustadas vecinas que no podían ir a por agua y los demás habitantes. La solución, un tanto original, llegó de la mano de un preso condenado a muerte que a cambio de su libertad aseguró que mataría al dichoso lagarto.

Los vecinos, desconfiados duraron en un principio de sus intenciones, pero tal fue la desesperación que decidieron darle la oportunidad. Para ello, solicitó un costal de panes calientes y un saco con pólvora. Por la noche, el preso se presentó junto a la cueva y dejó una hilera con esos panes. El animal se despertó y se los fue comió hasta que, al llegar a la plaza de San Ildefonso, en lugar de un pan le lanzó el saco de pólvora, que el animal devoró y, explotó. El preso fue capaz de liberar de su desdicha a los vecinos y conseguir el perdón por sus pecados, al igual que lo consiguieron los actores que, a pesar de tener algunos problemas técnicos con el sonido, consiguieron transportar al público hasta el siglo XVII y revivir una historia “tan de la tierra”. Una leyenda que para los más curiosos, la historia la avala, puesto que existe la creencia de que la leyenda podría no ser completamente inventada y tendría una motivación histórica, aunque el paso del tiempo la haya adornado un poco, pero como ocurre con las buenas historias, todas deben sentirse al cien por cien.

Y, en cualquier caso, no deja de ser una historia curiosa, capaz de captar el interés de muchos como ocurrió durante la representación de Vientos del Tiempo durante unos cuarenta minutos, en las que se vio a varias generaciones juntas actuar con gran compenetración. Puede que el origen resida en un jiennense que viajó con Colón y al llegar a tierra, le asombró un pequeño lagarto, algo más grande que los que había visto en su continente por lo que decidió llevárselo para poder mostrarlo. Una historia “única” capaz de quedarse en el recuerdo de los vecinos de Jaén, la mejor manera de acompañar el final de la exposición, capaz de producir sensaciones muy parecidas como la de la leyenda del lagarto de la Magdalena. Una representación que acompaño la exposición Las Buenas Historias en el día de su clausura y que al igual que el objetivo de la muestra, consiguió transmitir la historia de la ciudadana todas las edades de una forma original y diferente.