“El amanecer de la ciudad y su paisaje de olivos son increíbles”

Mariola Cantarero y Javier Camarena visitan Jaén para cantar en la boda de un amigo

13 nov 2017 / 09:36 H.

Las alturas de la capital, en la cumbre del cerro de Santa Catalina, pueden ser, sin complejo alguno, el mejor telón de fondo de una de las grandiosas óperas de Verdi, de tanta belleza, épica y lírica, como derrochan. Pero ponerle voz a un libreto no está al alcance de todos los mortales, es cosa de divos, gargantas privilegiadas con el don de sublimar un texto hasta convertirlo en imán de la emoción. Algo debe de tener la capital del mar de olivos para que, los últimos años de su vida, el maestro de maestros Alfredo Kraus la escogiese como retiro. Un destino que, el pasado fin de semana, recibió también a dos divos mundiales del bel canto, la granadina Mariola Cantarero y el mexicano Javier Camarena, que unidos por la amistad común de los jiennenses José María Francés y Carmen Oya se desplazaron a la ciudad para cantar en su boda.

Para Cantarero, venir a Jaén es “llegar a casa”; aquí es una artista venerada que cuenta con el favor del público cada vez que privilegia los escenarios provinciales con su talento. Camarena, sin embargo, representó en la capital el primer acto de su particular “romance” con Andalucía, pues hasta el pasado sábado no había pisado la comunidad autónoma ni la ciudad: “El amanecer y el paisaje de olivos son increíbles”, aseguró el tenor, que, impresionado por lo que vieron sus ojos al amanecer el domingo, no dudó en “subirlo” a las redes sociales. Su paso por la ciudad fue una gozosa excepción en sus agendas, plagadas de compromisos internacionales. No en vano, Cantarero —que está en pleno regreso a la actividad artística tras su maternidad— ofrecerá un importante concierto en su ciudad natal el próximo domingo, mientras que Camarena canta, hoy mismo, en el teatro sevillano de la Maestranza, antes de estrenar un espectáculo de música de zarzuela en el escenario madrileño que lleva el nombre de este castizo género musical. Precisamente, y como la mejor de las despedidas posibles, el tenor mexicano no dudó en interpretar el final de la popular canción Granada para los lectores de Diario JAÉN, poco antes de emprender camino hacia la capital de Andalucía y, de allí, al mundo entero.

Una visita a la óptica de sus anfitriones

De la mano de su anfitrión, José María Francés, Javier Camarena visitó algunos puntos de la capital jiennense y conoció el negocio que dirige, ubicado en la Carrera de Bernabé Soriano. El tenor ligero mexicano aprovechó la visita para comprobar su visión en el establecimiento óptico y, además, “estrenó” el cuadro que firmó a Francés, todo un melómano, en el Liceo barcelonés el pasado marzo.

La soprano granadina se estrena como concertista solista a las castañuelas

Mariola Cantarero tiene una cita ineludible con los escenarios el próximo domingo, 19 de noviembre, en su Granada natal. Cantará en el concierto que tendrá lugar en el auditorio Manuel de Falla con motivo del primer centenario de la Banda Municipal de la ciudad de la Alhambra, una actuación que la mantiene ilusionada: “Es muy importante para mí, porque es en mi tierra y con un motivo muy bonito”, expresó la soprano. Pero no solo por eso. Y es que la artista, de talla mundial, se atreverá como solista a las castañuelas en su interpretación de Las bodas de Luis Alonso, la zarzuela original de Gerónimo Giménez en cuya segunda parte hará gala de su virtuosismo. “No es la primera vez que toco este instrumento en algunas piezas, pero sí de esta forma”, aseguró la intérprete, que siente especial predilección por las castañuelas desde su infancia. Su comparecencia granadina será el mejor prólogo para una agenda plagada de proyectos y realidades que la llevará, próximamente, al madrileño teatro de la Zarzuela junto con voces tan prestigiosas como las de Carlos Álvarez y José Boss, entre otros artistas. Además tiene en cartera una “master class”, en territorio jiennense, que le ilusiona bastante: “Me siguen muchos alumnos de anteriores periodos de docencia, que se han ‘enganchado’ y no quieren dejar de aprender”, concluye Cantarero.