El alma de una gran voz angelical

Maika Makovski conquista al público jiennense en un concierto ofrecido en los Baños Árabes

06 jul 2018 / 08:07 H.

El sol comenzó a esconderse y, mientras la tarde ensombrecía, la brisa nocturna le brindó una tregua a las altas temperaturas. La capital invitó, así, a disfrutar de la cultura a sus vecinos y visitantes y, en esta ocasión, el plan tenía nombre propio, uno que propuso la Diputación Provincial gracias a su programa Noches de Palacio: Maika Makovski. La cantante, que se encuentra en plena gira de presentación de su disco Chinook Wind —producido por John Parish—, no pasó por alto la oportunidad de visitar Jaén y tocar en el Centro Cultural Baños Árabes, un enclave arquitectónico que brilló con luz propia gracias a su música y a un concierto que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes.

Los acordes de una guitarra dieron la bienvenida Frozen Landscape, canción de su álbum Desaparecer, que destacó por tener un estilo más cercano del pop que de la música ecléctica de su último trabajo. Le siguió Father, Like I owe you the world y Language, este último tema de su disco Thank You For The Boots, con el que recibió una lluvia de aplausos. “Chinook Wind es una apuesta musical que definiría como ‘sutil’ y ‘esencial’, porque todo lo que dice es importante para mí. Suena más acústico, pero muy intenso. Entre sus canciones, existen un hilo conductor gracias a la sonoridad lograda en el estudio. Las composiciones, entre sí, son distintas, porque las letras las escribí en momentos vitales muy diferentes”, confirmó la cantante minutos antes de comenzar su concierto y despertar el interés de los espectadores con un juego de tonalidades orales que estuvo en perfecta sintonía con el acompañamiento instrumental que ella misma produjo. Sus melodías se escondieron tras una armonía acústica que invitó a los presentes a dejarse llevar junto a un melancólico espectro musical de belleza incomparable.

Con Ruled by mars y Poulldog llegó al ecuador de su actuación, que continuó con Body, uno de los temas favoritos de sus seguidores, junto al que también sonaron When the dust clears y I want to cry, que encarrilaron el final del concierto, uno en el que Makovski confesó, varias veces, sentirse muy a gusto: “Tocar en Jaén es una alegría. Nunca había venido. Me gusta la sensación de seguir descubriendo ciudades con mis caminos musicales”.

Uno de los momentos más especiales de la noche fue cuando se escucharon los primeros acordes de Song of distance, una letra de brillante interpretación que sorprendió en su directo y hasta provocó algunas lágrimas de emoción. The need y Iron bells invitaron a cerrar la cita, que estuvo envuelta de un ambiente muy especial. “Mi repertorio siempre es en inglés. Soy una hija de la globalización. Mi padre es extranjero y he vivido muchos años fuera, sobre todo, durante mi educación musical, cuando acumulé referencias anglosajonas”, destacó la mallorquina.

Sin embargo, el broche de oro de este encuentro llegó con Downtown y Canadá, un tema que, a priori, la cantante iba a cantar al comienzo, pero que prefirió reservarse para el final como un regalo especial.

Para quienes la conocían, verla en directo fue un lujazo. Para los que no sabían quién era, Makovski demostró ser una estrella de belleza melódica incomparable cuya luz brilló con cada vibración de sus cuerdas vocales, un ángel lírico que llegó al mar de olivos para enamorar al público.