Cronista de desolación y emoción

El escritor estadounidense Richard Ford, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016

16 jun 2016 / 11:00 H.

Tener lectores en España siempre ha sido un gran y generoso regalo para mí, que ha llegado a través de la lealtad y la persistencia de mi editorial desde hace mucho tiempo, Anagrama, con la que comparto este día feliz. Los escritores escriben libros para los lectores; así que, cuando se reconoce a uno de nosotros, es un buen día, tanto para la escritura en su conjunto como para todos los lectores. Gracias”. Así de “inmensamente agradecido y honrado”, además de “un poco sorprendido”, se mostró el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016, Richard Ford, al conocer el fallo del jurado que le otorgaba el galardón en el hotel de la Reconquista de Oviedo.

Esta candidatura había sido propuesta por los premios Príncipe de Asturias de las Letras, el ubetense Antonio Muñoz Molina (2013) y John Banville (2014), y por la editora y filántropa Sigrid Rausing. El jurado del Premio Princesa de Asturias de Las Letras lo destaca como “el gran cronista del mosaico de historias cruzadas que es la sociedad americana”. De hecho, está considerado por algunos el heredero legítimo de Hemingway, influido, como él mismo ha reconocido, por Faulkner, y calificado por Raymond Carver como el mejor escritor en activo de Estados Unidos. Nunca ha aceptado que se le incluya dentro del “realismo sucio”, una derivación del minimalismo caracterizada por su tendencia a la sobriedad, la precisión y la parquedad extrema en el uso de las palabras en las descripciones. Ford admite, sin embargo, que esta adscripción le ha servido para darse a conocer en Europa. Sus personajes suelen ser seres vulgares, con vidas convencionales, que se mueven en atmósferas densas. Ha sido tachado por ello de hacer una literatura pesimista y de narrar historias frías protagonizadas por unos personajes desolados y sin esperanza, pero él sostiene que un escritor es el fruto de su experiencia y que las situaciones y emociones a las que es sensible se convierten para él en material de su producción.

El acta del Princesa de Asturias considera que “su obra se inscribe en la gran tradición de la novela americana del siglo XX”. Destaca novelas como El periodista deportivo, Acción de gracias y Canadá, en la que se ofrece “una épica irónica y minimalista que define a sus personajes, tramas y argumentos”. Para el jurado, “el cuidado detallismo en las descripciones, la mirada sombría y densa sobre la vida cotidiana de seres anónimos e invisibles, conjugan la desolación y la emoción de sus relatos”. “Todo ello convierte a Ford en un narrador profundamente contemporáneo y, al tiempo, en el gran cronista del mosaico de historias cruzadas que es la sociedad norteamericana”, señala el fallo. El filólogo y poeta Luis Alberto de Cuenca y Prado, componente del jurado, se mostró convencido de que Ford recibirá en vida el premio Nobel y, por lo tanto, se mostró satisfecho de que el Premio Princesa “se haya adelantado a la maniobra de la academia sueca”.