Cinco días de delicatessen para los cinco sentidos

El concierto de Vandalia Trio abre el original Festival Música en Segura

16 may 2019 / 16:51 H.

La cuenta atrás llegó a su fin. La sexta edición del Festival “Música en Segura” es una realidad después de que los primeros conciertos de este año —en el que la cita volverá en otoño— deleitaran a los afortunados que estuvieron en Segura de la Sierra.

Los días previos el municipio ya respiraba acordes, corchetes, fusas y semifusas que llegaban desde Orcera y Beas de Segura, donde se celebraron cuatro conciertos gratuitos destinados a escolares que fueron un completo éxito. Una vez acabados los entrantes, el plato principal llegó en forma de acto de inauguración en la plaza del Ayuntamiento, en el que participó el vicepresidente segundo y diputado de Promoción y Turismo, Manuel Fernández; la alcaldesa de Segura de la Sierra, Esperanza Chinchilla; el director del certamen, Daniel Broncano; el gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas; y la delegada territorial de Turismo de la Junta en Jaén, Raquel Morales.

“Se trata de un festival único y singular que tiene lugar en uno de los pueblos más bonitos de España y viene a elevar el perfil turístico de la Sierra de Segura, ya que es una oferta de calidad en una zona rural, alejada de los grandes núcleos urbanos, y está formada por una programación transversal e innovadora”, destacó Fernández en la inauguración.

Minutos más tarde del acto oficial, la música comenzó a fluir con las notas de Vandalia Trio, que inauguraban el nuevo recinto del festival. Los artistas presentaron un repertorio anfibio que fue desde el clasicismo de Mozart al jazz y el flamenco, que permitió a los asistentes dejarse llevar por la energía y frescura Irene Jiménez, a la flauta; Fernando García, con el violín; y Pablo Estébanez, que se encargó de tocar el contrabajo.

A partir de las 20:00 horas, tuvo lugar el concierto de François Lazarevitch y Les Musicians de Saint-Julien en la Iglesia de los Jesuitas de Segura de la Sierra. Los músicos interpretaron Las cuatro estaciones de Vivaldi en un programa naturalista con una energía arrebatadora.

Los visitantes al festival también pudieron disfrutar de Cuando la música nos tortura, una exposición sonora por Guantánamo, Matthausen o Abu Ghraib que cuenta con un recorrido de 15 minutos que se realiza varias veces al día y que en el primero de sus pases agotó las entradas