Carmen Linares canta, verso a verso, a Miguel Hernández

En una aventura similar a la que emprendió hace ocho años, cuando Carmen Linares alumbró, junto al guitarrista Juan Carlos Romero Raíces y Alas, un sensible y luminoso acercamiento a la poesía del poeta onubense Juan Ramón Jiménez —Premio de la Academia de la Música al mejor Álbum Flamenco—, la cantaora, con motivo del 75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, produce un proyecto discográfico dedicado a este autor, una maravilla de la que disfrutaron, en el marco de la gira que la lleva por España, en Bélmez de la Moraleda. Fueron testigos de cómo la linarense afronta la continuación natural de Oasis Abierto, donde Linares se enfrentaba a la lírica del genio de Orihuela. “He encontrado la emoción y la verdad del poeta y musicalmente he contado con guitarra de Salvador Gutiérrez y el piano de Pablo Suárez, así como el contrabajo y batería”, deja claro, tras confesar que, con este nuevo paso en su carrera, se quita una espinita.

Y es que Verso a Verso demuestra, de nuevo, que Carmen Linares es una gran conocedora de los poetas andaluces, y de otras latitudes, a los que, una y otra vez, ha incorporado a su carrera, desde el respeto y la admiración que su trabajo. “Me encanta el poema Andaluces de Jaén, que cantó por petenera y taranta y que define el carácter luchador de los jienenses. También la Elegía a Ramón Sijé, que interpretó con Arcángel en homenaje a Enrique Morente o Casida del Sediento, junto a Silvia Pérez Cruz”. Esta elegante dama del flamenco, que, a diario, reivindica su importancia en el panorama del cante jondo y afianza su papel en la particular historia de esta expresión artística, además de por Arcángel y Silvia Pérez Cruz, está arropada también por Josemi Garzón al contrabajo y Karo Sampela en la batería. Verso a Verso incluye, además, colaboraciones de músicos como el guitarrista Eduardo Pacheco, el cello de José Luis López y la Flauta Travesera de Ramiro Obedman, miembros ambos de Camerata Flamenco Project. Aparece también la voz de Lucía Espín en los coros y las palmas de Ana María González y José Manuel Ramos El Oruco.

Carmen Linares emocionó en Bélmez con la verdad de las “Tres heridas” del poeta: la vida en sus experiencias en Orihuela y Madrid, el amor por la quesadeña Josefina, su familia y la escritura de su poesía y, por último la muerte con la tristeza en la época de la Guerra Civil y la desolación de su paso por la cárcel.