Antílopez echa el cierre con brillo

No hizo falta la sabana africana para que Antílopez retozase a sus anchas. El dúo onubense puso un brillante cierre al programa Noches de Palacio que la Diputación Provincial ha llevado a cabo, desde el pasado mes de junio, en el Patio de los Baños Árabes, un rincón recoleto del casco antiguo, que estuvo a rebosar de gente. De hecho, como la entrada era libre hasta completar aforo, se produjo un “overbooking” y un puñado de gente se quedó con las ganas y la miel en los labios a las puertas del recinto.

Antílopez fue, sin duda, el mejor broche de oro en el colofón de estas Noches de Palacio. El dúo consiguió que su gran sentido del humor zigzaguease continuamente entre sus melodías y desde el comienzo se metió al público en el bolsillo que, por un lado, se desternillaba de risa y, por otro, acompañaba con sus palmas las canciones. Tras la presentación, ya metidos en faena desde buen principio, Antílopez dedicó una canción al subsahariano almeriense al que le tocó el Gordo de la Lotería.

Ellos tenían cuerda y ritmo para rato y unas canciones marchosas, pegadizas, para las que se bastaban con sus dos guitarras acústicas. Eso es lo que tienen los cantautores, que no precisan de parafernalia para, si son buenos, meterse al público en el bolsillo. Realmente sí hubo algo de efectos especiales con una especie de humo de hidrógeno o vaya usted a saber lo que era, porque se formó una humareda que más que dar vistosidad era una velada al cuadrado. Gajes del oficio.