Adiós a un mito jiennense

El cineasta Miguel Picazo muere a los 89 años tras una transgresora carrera

24 abr 2016 / 11:11 H.

El cine español pierde a uno de sus hijos que más lo ha amado y Cazorla llora a uno de sus paisanos más queridos. El cineasta Miguel Picazo de Dios falleció a los 89 años de edad. El director de películas como La Tía Tula fue galardonado, en 1996, con el Goya de Honor de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España y con la Medalla de Oro de Andalucía en 2014.

Sabio, inteligente, genio, humano, generoso y, sobre todo, un adelantado a su época. Son solo algunos de los calificativos que sus compañeros de profesión le ofrecen. Demostró una forma de hacer películas muy diferente a los convencionalismos de su tiempo. Nacido en 1927, Picazo cursó estudios de Psicología y Derecho, pero pronto se impuso su vocación por el mundo del cine, en el que fue actor, guionista y director. Su contribución al séptimo arte español mereció el reconocimiento de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas en 1996 con el Premio de Honor de la XI edición de los Goya.

El largometraje La Tía Tula (1964), protagonizado por Aurora Bautista, consagró a Picazo como uno de los principales realizadores del denominado nuevo cine español. La película, basada en la novela de Miguel de Unamuno y que refleja con gran detalle la atmósfera de una ciudad provinciana recibió, entre otras distinciones, el Premio a la Mejor Dirección del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Feminista declarado, Miguel Picazo subrayaba en sus obras la simpatía con la mujer que lucha en un mundo lleno de desigualdades. Otros títulos destacados de su filmografía son Habitación de alquiler (1961), Oscuros sueños de agosto (1967), Los claros motivos del deseo (1977), El hombre que supo amar (1976) y Extramuros (1985). Esta última fue distinguida con el Premio ACE al Mejor Director otorgado por la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York. Entre sus trabajos para televisión destacaron la adaptación de la obra teatral de Valle-Inclán Sonata de Primavera y la serie Entre visillos, basada en la obra de Carmen Martín Gaite. Como actor participó, casi siempre con papeles secundarios, en películas como El Espíritu de la Colmena (1973), El libro de buen amor (1975), Remando al viento (1987) y Tesis (1996).

Aunque gran parte de su vida se desarrolló en Guadalajara, ciudad de la que era hijo adoptivo, Miguel Picazo ha pasado los últimos años de su vida en Cazorla, municipio que también lo distinguió con su medalla de oro, al igual que el vecino municipio de Peal de Becerro, donde también transcurrió su infancia.

Con el objetivo de rendir homenaje y reivindicar la figura de este cazorleño, la Diputación de Jaén instauró, dentro de la Muestra de Cine Español Inédito en Jaén el Premio Miguel Picazo, que se otorga cada año a personalidades del mundo cinematográfico español vinculadas con este cineasta o con la provincia jiennense. La directora Josefina Molina ha sido la galardonada este año con este premio otorgado también a las actrices Aurora Bautista, Inma Cuesta, Ángela Molina, los directores José Luis Borau, Antonio del Real, Mario Camus o Carlos Saura, el maquillador Cristóbal Criado o el productor Antonio Pérez, entre otros. La administración provincial concedió, en 2005, también a este cineasta el Premio Jaén, paraíso interior, y ha editado en los últimos años, además de una publicación centrada en su figura y obra y los guiones de algunas de las películas más destacadas de su filmografía.

Cazorla da hoy el último adiós al cineasta Miguel Picazo. Los vecinos se pueden despedir de él, a partir de las once de la mañana, en el patio del Ayuntamiento. El espacio anejo al teatro de La Merced acoge la capilla ardiente del director, para que todo aquel que quiera decirle adiós pueda hacerlo antes de su traslado al tanatorio del municipio, donde se celebra su posterior incineración. Hay prevista una misa, a las 13:30 horas, en la iglesia de Santa María.

“Se nos ha ido uno de los seis mejores directores de cine de España. Aún consternado por la noticia, recuerdo los consejos que me daba en mis comienzos. Siempre me recomendó que me preparara muy bien, que fuera a la escuela de cine y, sobre todo, que no comenzara a rodar una película sin un guion bueno. He tenido unos vínculos muy grandes con él. Los dos somos de Cazorla y, como decía el guionista Juan Antonio Oporto, es el único pueblo de España que cuenta con dos directores. Un pueblo, en donde, además, comparto calle con él. Me siento muy agradecido porque las instituciones lo hayan reconocido como se merece, con premios como los que llevan su nombre y que también recibí en 2009”.


Enrique Iznaola

“Es una pérdida irreparable, uno de los cineastas fundamentales del cine español. Era, también, un ser humano maravilloso. Nos ha pillado a todos por sorpresa. Tenía una vitalidad y una pasión por la vida muy importantes. El séptimo arte no podrá olvidar a una de las figuras clave del considerado nuevo cine español. Tuve el honor de conocerlo a finales de la década de los 90 y estrechar vínculos a raíz de la línea editorial y los premios en su honor que desde 2004 organiza la Diputación”.

“Acabo de conocer la noticia. Es una pérdida irreparable. Estoy consternado, porque es una persona muy querida y respetada y un creador muy generoso. Hoy, el cine llora su muerte. Afortunadamente nos quedan sus obras y sus películas. Hace poco tuve el honor de recibir el galardón que lleva su nombre”.


Francisco Reyes

“La Diputación se suma a esta gran pérdida para el cine español no solo por la importante trayectoria de este director, guionista y actor, sino también por su personalidad y figura, considerada imprescindible en la historia de nuestro cine. Su obra ha dejado una huella muy importante en nuestro cine y su muerte viene a dejar un gran vacío en la cultura de esta provincia, a la que tanto ha venerado y que tanto lo ha querido”.

Ignacio Ortega campos

“Miguel Picazo ha sido uno de los pocos directores del cine español que entendió a la perfección que el cine o se realiza desde la literatura o sino todo el invento se va a la mierda, y queda como una crónica visual más del momento, un dato más, una trama ovejera, un telediario, nada, cine de trompetilla que no llevaba a ninguna parte. Así era el cine español, salvo honrosas excepciones, de aquellos tediosos años. Miguel Picazo, que salió de Cazorla (Jaén) al terminar la guerra civil, cuando apenas tenía 9 años ya, para siempre, sus cenizas quedarán esparcidas entre los dos pueblos que amó siempre: Cazorla y Peal de Becerro, los pueblos que le enseñaron a amar el cine”.

antonio hergueta

“Precisamente estábamos rodando un documental actualmente sobre él. Habíamos quedado en volver a Cazorla en quince días. Ha sido un gran impacto para todos. Él fue mi maestro en la escuela TAI de Madrid, donde me enseñó dirección. Ha sido un cineasta sabio, que no solo tuvo mérito por sus películas, sino por ser un adelantado de su época. Fue pionero en las relaciones sociales y en la incorporación de personajes en sus filmes. Sus películas son unas adelantadas para su tiempo”.

assumpta serna

“Era una persona con una gran cultura, con una enorme sabiduría de ser. Es una pena que se nos haya ido. Creo que supo vivir y morir. “La Tía Tula” ha sido la gran obra maestra del cine español. Tenía un gusto por contar historias por y para el público. Contaba con las ideas claras, con una gran capacidad para entusiasmar a la gente con la que trabajaba. Yo he tenido la suerte de participar en su última película y de él recuerdo, sobre todo, sus ganas de trabajar”.

Rosa aguilar

“Demostró una forma de hacer películas contraria a los convencionalismos de su época, fue un renovador del cine español que abrió el camino para las nuevas generaciones de cineastas. Además destacó el compromiso con las mujeres que adquirió Picazo a través de su cine. Fue un creador adelantado a su tiempo, capaz de renovar los esquemas de un cine anclado en el pasado, que trabajó por representar a las mujeres con una mirada auténtica y comprometida”.

Antonio José Rodríguez

“Hoy es un día de conmoción para Cazorla. Ha sido un jarro de agua fría para todos. Pese a estar mal de salud, se mostraba en un estado muy fresco, hace nada estaba entregando el premio que lleva su nombre a Josefina Molina. Se ha ido rodeado de su familia y de forma repentina, además de un día en el que se cumplen cuatrocientos años de la muerte de Cervantes y en el Día del Libro”.

Josefina Molina

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“Siento mucha pena, porque hay personas que no se deberían morir nunca. Es un hombre que ha hecho un cine que perdurará y se valorará aún más con el tiempo. Yo estoy muy agradecida, porque fue alumna suya y he tenido la suerte de estar hace nada con él, de dialogar con él sobre el cine y de ser la última en recibir el premio Miguel Picazo de su mano”.