La imagen de la Virgen de la Cabeza ya está en el camarín

El restaurador José Luis Ojeda finaliza con el proceso de restauración

28 mar 2017 / 17:31 H.

La imagen de la patrona de Andújar ya regresó a su camarín después de haber sido restaurada. Del proceso se encargó el taller de restauración de José Luis Ojeda Navío, que realizó una rehabilitación en 1992. En contacto con el taller se redactó un minucioso estudio del estado de conservación de la imagen, junto con una propuesta de tratamiento y medidas correctoras de factores de alteración sobre la obra. Una vez obtenido el permiso por parte del Obispado de Jaén se dio paso al proceso de conservación y restauración de “La Morenita”.

Primero se realizó una analítica y pruebas necesarias para la intervención. Al ser José Luis Ojeda el restaurador de la imagen en los años 1992-93, era conocedor de muchos de los factores de alteración y de los daños, elementos compositivos, fundamentos de los distintos estratos, lo que se fue contrastando con distintos test y pruebas. La situación facilitó el proceso, ya que se cotejaron los estudios de la primera restauración con las actuales y aportaron la información necesaria. Según dijo el restaurador, tras este examen: “Se identificaron los factores de alteración de la talla. El transcurso del tiempo, con los cambios de temperatura y humedad, habían provocado pequeños desperfectos lógicos por los años transcurridos desde esa primera intervención”. “Llamaba mucho la atención los daños provocados en la cara por el roce del nuevo rostrillo, el cual no se adaptaba a la misma y no poseía ningún mecanismo de colocación que no fuera el directo a la talla por medio de lazos. Estos, al apretarse, rozaban con la delicada policromía, por lo que provocó daños de importancia. Asimismo, por el tamaño de la corona del Niño, se había desplazado el sistema de sujeción realizado en el año 92, afeando estéticamente a la composición de la obra”, afirmó Ojeda. El restaurador señaló que la obra presentaba otros daños por roces de objetos en las partes vistas, tales como la mano derecha y el Niño. Los daños, de carácter devocional, se repetían en el interior de la obra, con roces, restos de pintalabios, acumulación de grasa de origen humano en los momentos en los que la imagen es accesible a los devotos, desgastes provocados por los roces, etcétera. Se apreciaron algunos daños por alfileres. “Seguramente en el proceso de vestido de la imagen durante esos 25 años que han pasado”, afirmó Ojeda. La imagen, de nuevo, se cambió en su armazón y se colocó en su base de madera, ya que la que poseía era una provisional realizada en la restauración del año 92. El rector del Santuario, Domingo Conesa señaló que “tras una inspección de la obra en su camarín, hace unas semanas, se detectaron daños que podrían perjudicar seriamente a la obra si no se tomaban las medidas oportunas y se corregían las mismas”. “Por ello, se hicieron los trámites necesarios y se daba paso a la restauración”, concluyó el rector.