Expertos de la UJA adaptan bacterias que son saludables

Investigadores de la Universidad trabajan con una cepa de las aceitunas

19 jul 2016 / 18:00 H.

Investigadores del grupo “Microbiología de los Alimentos y del Medio Ambiente” de la Universidad de Jaén (UJA), en colaboración con la Universidad de Estrasburgo, adaptaron una bacteria procedente de la aceituna para que sobreviva a las condiciones que se dan en el proceso digestivo. Los expertos lo han conseguido con agentes antimicrobianos que mejoran la funcionalidad de estos microorganismos considerados como probióticos. “Es decir, bacterias que permanecen activas en el intestino y ejercen efectos saludables”, indica en un comunicado, la Fundación Andaluza para la Divulgación de la Innovación y el Conocimiento.

De esta forma, los investigadores aislaron la cepa conocida como Lactobacillus pentosus MP-10. Se trata de una bacteria láctica obtenida de las salmueras de fermentación natural de las aceitunas de mesa verdes variedad Aloreña. El objetivo consistía en identificar las proteínas clave que intervienen en la resistencia a antibióticos y biocidas, para comprobar cómo resisten a condiciones adversas. “Es el primer estudio proteómico de esta bacteria, en el que queríamos detectar las proteínas implicadas en la tolerancia a los antimicrobianos pero, al mismo tiempo, hemos descubierto que eran tolerantes a ácidos y sales biliares, es decir, a las condiciones del tracto gastrointestinal en las que se ejercen beneficios cuando se adhieren a las capas de la mucosa, eliminan los patógenos, mantienen la homeostasis del organismo y tienen efecto positivos sobre el sistema inmune”, explica a la Fundación Descubre la responsable del estudio la doctora Hikmate Abriouel, de la UJA.

La novedad de este análisis publicado en la revista “International Journal of Food Microbiology” estriba en que los investigadores incorporan agentes antimicrobianos para inducir esa supervivencia de las bacterias en el tracto digestivo, mientras que otros enfoques las adaptan a condiciones adversas, por lo que es como si las entrenaran. “Hemos descubierto que los antimicrobianos incrementan la resistencia bacteriana a distintos tipos de estrés, ambiental y gastrointestinal, como los relacionados con la acidez y las sales biliares”, especifica Abriouel. Los expertos usan ese estrés antimicrobiano para mejorar la funcionalidad de las bacterias con interés como probióticos. “Los resultados mostraron que la adaptación a ciertas concentraciones de antimicrobianos logra la robustez deseable del probiótico Lactobacillus pentosus MP-10 a diversas condiciones ambientales y gastrointestinales”, precisa.

Inhibir el crecimiento de las bacterias

La preparación de los experimentos comienza con un proceso en el que los investigadores determinan la concentración que inhibe el crecimiento de las bacterias, denominada concentración mínima inhibitoria. A continuación, usan concentraciones por debajo de ese límite y comprueban su viabilidad durante 48 horas, para observar su resistencia.