Rincones para conocer la comunidad autónoma

Los Pedroches, la Serranía de Ronda, Grazalema, el Poniente granadino y Aracena son rutas recomendadas

14 oct 2016 / 11:12 H.

Andalucía cuenta con miles de rincones mágicos en los que perderse, realizar actividades en pareja o en familia. Es un lugar perfecto para practicar deportes en contacto con la naturaleza y el otoño es la época idóneo para ello. Viajar por el interior de Andalucía significa vivir experiencias únicas que dejarán huella. En la comarca de los Pedroches (Córdoba) se puede disfrutar de su gastronomía mientras se pasea por las calles de Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Hinojosa del Duque y Belalcázar.

Toda la ruta está salpicada de establecimientos donde se degustan platos tradicionales, derivados del cerdo ibérico, que harán las delicias de su mesa. Las dehesas de cerdo ibérico más importantes son las de Cardeña, Conquista, Pedroche y Villanueva de Córdoba, donde destaca la parroquia de San Miguel Arcángel, la antigua Audiencia y sus casas de tres plantas con dinteles de granito esculpido. En esta localidad y en Cardeña se pueden conocer algunos de sus secaderos de jamones y fábricas de embutidos.

Por último, el municipio de Pozoblanco ofrece una visita por su casco histórico, donde destacan la parroquia de Santa Catalina, la Plaza del Pozo Viejo y el Ayuntamiento. La Serranía de Ronda (Málaga) es mucho más que un conjunto de sierras cubiertas de una exuberante vegetación mediterránea: profundos y apacibles valles, estrechas gargantas y escarpados tajos, cuevas milenarias como La Pileta y el Gato, donde el hombre prehistórico dejó la huella de su presencia.

El viajero percibe en Ronda un halo romántico de leyendas de bandoleros y toreros, que lo envuelve todo en belleza.

Su monumental plaza de toros es una de las más antiguas de España. El profundo Tajo que forma el cauce del río Guadalevín, divide en dos a la ciudad y se ha convertido en una de sus señas de identidad. Los pueblos que pertenecen a esta comarca son, entre otros: Gaucín, Genalguacil, Alpandeire, Cartajima, Pujerra, Ronda, Igualeja, Parauta, Cuevas del Becerro, Jimera de Líbar, Jubrique y Benarrabá.

La Sierra de Grazalema se levanta frente al océano, a modo de gigantesca muralla salpicada de pequeños pueblos blancos, recibiendo con firmeza las borrascas que arriban desde el Atlántico que hace de este macizo el lugar más lluvioso de la Península Ibérica. En la zona más occidental de los macizos béticos, a medio camino entre las provincias de Cádiz y Málaga, ha sido tallada al antojo de las lluvias que han creado una de las sierras más abruptas de la geografía andaluza. Así, da cobijo a una de las cavidades más extensas de Andalucía, el sistema Hundidero-Gato con casi 8 kilómetros de galerías y más de 200 metros de desnivel; alberga la Sierra del Endrinal, un karst elevado donde espectaculares lapiaces activos alternan con llanos; guarece espectaculares dolinas y poljés, como el de Líbar o el de los Llanos del Republicano; y acoge sierras como la del Caíllo y Ubrique que dan lugar a asombrosos escarpes, profundos desfiladeros —Salto del Cabrero y El Saltadero— e imponentes cañones —Garganta Seca y Garganta Verde— de paredes verticales que alcanzan los 400 metros de altura.

La comarca del Poniente granadino, último enclave de la frontera andalusí, es una encrucijada de caminos y culturas que conserva importantes yacimientos arqueológicos de la más remota antigüedad. Aquí, además, dejaron huella de su presencia fenicios, griegos y romanos, mientras que el legado de la cultura árabe permanece vivo entre los habitantes de sus pueblos y ciudades, como en Alhama de Granada, con sus baños termales árabes.

En el poniente, el viajero advierte un cierto equilibrio en la ordenación del territorio, entre lo rural y lo urbano, y puede contemplar un riquísimo patrimonio artístico recorriendo las localidades de Agrón, Algarinejo, Arenas del Rey, Cacín, Escúzar, Huétor-Tájar, Íllora, Jayena, Loja, Moclín, Montefrío, Moraleda de Zafayona, Salar, Santa Cruz del Comercio, Ventas de Huelma, Villanueva Mesía, Zafarraya y Zagra.

La Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva, ocupa la zona occidental de Sierra Morena donde, batida por los vientos húmedos del Atlántico, da cobijo a blancos pueblos de calles empedradas, que se derraman entre amplias dehesas de encinas y alcornoques, olivares ecológicos, huertas y castaños. La pizarra que la compone da a esta sierra un carácter alomado, de pendientes suaves, donde grandes valles adehesados alternan con cimas coronadas por bosques cerrados y barrancos encajados.