Apuesta clara
y atractiva para
fijar a los jóvenes

La Consejería apuesta de una forma decidida, junto a la política de género, por el fomento de la participación y la promoción de la juventud

15 dic 2018 / 11:13 H.

La juventud es el futuro del medio rural, pero también debe ser su presente. En los municipios andaluces viven más de 2 millones de personas jóvenes en las que descansa la esperanza en unos mayores niveles de desarrollo y bienestar. En torno a ellos han de girar todas la políticas dirigidas a la sostenibilidad de los pueblos andaluces, porque con su formación, su inconformismo y su espíritu emprendedor son quienes tienen que decidir el mañana que quieren. Participación es la palabra clave. Y es que con el fomento de la participación de la población joven, dándole la palabra y convirtiéndolo en actor principal en cada uno de los ámbitos de la vida de sus municipios, se alcanzarán los retos actuales: romper su desapego, su desconfianza, su pesimismo y, en consecuencia, el riesgo de que opten por el alejamiento y su marcha hacia lo urbano.

La cohesión social y la fijación del territorio sólo puede conseguirse con la juventud, poniendo en valor su inteligencia y capacidad, impulsando su formación, mejorando las infraestructuras y otorgándoles alternativas, de empleo y sociales. En definitiva, garantizando la igualdad de oportunidades en el medio rural a los jóvenes. En el marco 2014-2020, la política de desarrollo rural de la Unión Europea continúa avanzando y establece unos objetivos y prioridades en consonancia con el Marco Estratégico Común y la Política Agrícola Común. Estos objetivos deben llevarse a cabo por los Grupos de Desarrollo Rural, mediante la implementación de estrategias de desarrollo local y a través de mecanismos participativos.

Junto a estos objetivos y prioridades, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural sigue apostando, junto a la política de género, por el fomento de la participación y la promoción de la juventud. De este modo, en el diseño de las estrategias se ha garantizado la participación de la juventud en todas sus fases, desde el diagnóstico hasta el plan de acción.

Asimismo, se incorpora como un criterio de priorización de las necesidades detectadas y se establece un presupuesto mínimo del 10 por ciento de la asignación para actuaciones en materia de juventud. Esta propuesta de trabajo de cada territorio tiene que recogerse en un apartado de impacto en la población joven de la estrategia de desarrollo local. En él se describen para cada territorio cómo se incorpora la juventud al proceso de planificación; el impacto que la puesta en marcha de la estrategia tendrá en su situación; los proyectos y líneas de ayuda que contribuirán a la mejora de la misma, y las actuaciones transversales en juventud.

Para la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, la juventud es un colectivo fundamental para el sostenimiento de los territorios rurales, por lo que considera una prioridad establecer políticas que contribuyan a su desarrollo y crecimiento personal y profesional. Estas políticas que deben basarse en un conocimiento profundo y detallado de la situación y posición de la juventud rural. El diagnóstico de la juventud rural andaluza ofrece datos interesantes, entre los que cabe destacar los siguientes aspectos: En el medio rural más del 35% de la población es joven, cifra muy superior a la de las áreas urbanas; una masculinización de la población juvenil en la mayoría de las comarcas rurales; alta tasa de actividad de la población joven, y está en situación de trabajar una media en torno al 65 por ciento. Sin embargo, la juventud rural sufre una también alta tasa de desempleo, mucho mayor en el caso de las mujeres jóvenes.

Se trata de situaciones clave a tener en cuenta a la hora de diseñar las actuaciones dirigidas a la juventud del medio rural, ya que la masculinización o feminización de la población no depende tanto del azar genético, sino de razones más profundas que tienen mucho que ver con las oportunidades que encuentran las mujeres para desarrollarse personal y profesionalmente. En la Consejería de Agricultura existe el convencimiento de que la juventud andaluza tiene la llave de un futuro mejor.

Lider-A. Todas las acciones actuales tienen sus antecedentes. En el periodo 2007-2013 se puso en marcha el programa LiderA. Para la planificación de este periodo de programación, la Dirección General de Desarrollo Sostenible del Medio Rural impulsó, durante los años 2007 y 2008, el proyecto “Nueva Estrategia Rural para Andalucía (NERA)”. Un proceso de debate y análisis de la situación actual de los municipios rurales y sobre el futuro que deseaban sus habitantes. En este proceso de reflexión con enfoque ascendente, la juventud rural estuvo presente tanto participando en los debates como de manera transversal en cada una de las temáticas analizadas. De este modo, los 52 Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía, diseñaron sus estrategias comarcales, en las que la juventud rural tuvo un papel protagonista. En ellas se incluyeron intervenciones para mejorar el conocimiento de la situación y posición de la juventud en el medio rural, estimular su capacidad emprendedora, sensibilizarla en la valoración del medio rural y promover su participación activa en el desarrollo de sus respectivos territorios.

El programa LiderA, cofinanciado por la Junta de Andalucía y la Unión Europea, aseguró una inversión en la juventud rural superior al destinado en el marco anterior 2000-2006, mediante el compromiso de gasto en las 52 estrategias comarcales de un montante específico, que sólo fue ejecutado en proyectos que fueran promovidos por jóvenes o que tuvieran especial incidencia en la juventud rural. La inversión en esos proyectos para la juventud ascendió a 33,5 millones de euros. Una de las primeras características de la juventud rural en Andalucía es su diversidad. Los datos de los estudios realizados sentencian este hecho. La juventud rural andaluza es heterogénea porque sus condiciones sociales también lo son. Los territorios se muestran diversos como consecuencia de esta circunstancia. Los resultados revelan que el sesgo del territorio ha emplazado a la población a un segundo lugar, y ello ha conducido con frecuencia a desviar la atención sobre focos (por ejemplo, el territorio) que son más la consecuencia que la causa de los problemas estructurales de las áreas rurales.