Una temprana vocación por esculpir imágenes religiosas

Francisco Jiménez quiere expresar su fe a través de la imaginería de la Pasión

19 ene 2017 / 17:39 H.

Pese a su juventud, con 18 años recién cumplidos, Francisco Jiménez Expósito demuestra tener las ideas claras sobre su futuro profesional que, de hecho, ya desde niño orientó hacia la imaginería religiosa. Actualmente, estudia el Grado Superior de Técnica Escultórica en la Escuela de Arte José Nogué de Jaén. A falta de un año para terminar sus estudios, se afana en su taller, con la restauración de lienzos, sillas, marcos, espejos y cornucopias que le llegan de toda la ciudad.

Sobre el origen de su pasión por la imaginería religiosa, Fran, como le conocen sus amigos, explica que es cofrade desde que tiene memoria y recuerda como, ya en el colegio, jugaba a sacar pasos procesionales. Por ello, evoca con cariño el día que en clase pidió orientación a su profesor Miguel Ángel Cruz Villalobos para realizar una imagen de la Virgen para un trono de Semana Santa. Cruz Villalobos le puso en contacto con el gran autor marteño Jesús Marchal. “Me causó una gran impresión y le estoy muy agradecido por lo que influyó en mi formación”, recuerda. “Marchal se dio cuenta de que iba en serio con mi vocación y, gracias a su ayuda, pude seguir con mis clases”, dice Fran Jiménez, que también quiere agradecer al doctor Andrés Huete todo su apoyo y enseñanzas sobre anatomía, que hoy aplica en la ejecución de su primorosa obra. Respecto al futuro profesional, Fran asegura: “Cada uno nos imponemos nuestros propios límites. Todos los sectores son complicados para trabajar. Lo importante es luchar por lo que nos gusta y volcarnos en el trabajo del día a día”. En este sentido, Jiménez anima a todos los jóvenes que quieran estudiar Arte, y a sus familias, a comprobar cómo la base de todo éxito profesional se fundamenta en el esfuerzo y la dedicación. “Espero llegar a ser un buen imaginero y dejar constancia de mi obra en Andalucía”, confía Fran. “Lo importante es ser feliz con lo que haces y, en mi caso, siempre he querido expresar mi fe y fervor religioso con todas mis obras”, afirma.

En cuanto a su obra, Francisco Jiménez tiene predilección por el estilo granadino y trabaja en el busto de un Cautivo, de 35 centímetros, y en el boceto de un Despojado, que llegará a tener tamaño natural y estará completamente anatomizado. “Con este escaparé de los estereotipos de algunas escuelas de imaginería tradicional y con el que siento cómo voy definiendo mi propio estilo personal”, confía.